Por ejemplo, citó, un manual de aeronavegación que está solicitando el ministro en visita para ser adjuntado al sumario y que no ha sido aportado por la institución, una mala planificación del vuelo, protocolos que no existían en ese entonces y que tienen que ver con el exceso de equipaje, el número de civiles en el avión, la falta de combustible y cómo influyó el clima ese día en la isla. En conversación con CNN Chile, Marchant sostuvo que “hay diligencias pendientes y eso hace imposible que se pueda cerrar el caso. De la justicia esperamos que se agoten todas las instancias para llegar a la verdad, queremos saber qué fue lo que pasó, en qué fallaron, por qué la Fuerza Aérea no ha hecho un mea culpa y no ha reconocido públicamente los errores cometidos en ese minuto”, insistió.
La mujer de Cabezón sostuvo que “no puede ser que una institución que nos pertenece a todos los chilenos y que estaba trasladando civiles en ese minuto no haya tenido protocolos, no haya sido cuidadosa en resguardar la integridad física de las personas que trasladaba. Te aseguro que de haber sabido de las condiciones en las que iban a ser trasladados, ninguno de los civiles se habría subido a ese avión”.
Marcela Marchant añadió que a seis años y medio de la tragedia que cobró la vida de cinco miembros de TVN, incluidos Felipe Camiroaga, Roberto Bruce, Sylvia Slier y Carolina Gatica, en esta fase del proceso no se ponen plazos pero aseguró que no bajarán los brazos y “humanamente haremos todo lo que esté a nuestro alcance para establecer la verdad y en base a ella hacer justicia”.
Asimismo, recalcó que la responsabilidad de la caída del Casa 212 no puede ser atribuida únicamente a los pilotos Carolina Fernández y Juan Pablo Mallea. “Ellos pertenecían a una institución jerarquizada y a ellos les asignaron esta misión, entonces es inaceptable que los familiares nos quedemos con el argumento que la FACH ha dado hasta ahora de que el avión se cayó por culpa de los pilotos. Recordemos que ellos fueron mandados, les asignaron esta misión y en ese minuto no existían protocolos de aeronavegación hacia la isla de Juan Fernández, lo que es un agravante impresentable”.
“Creo que los pilotos hicieron lo humanamente posible, todo lo que estuvo dentro de sus manos y creo que faltó de parte de la Fuerza Aérea entregarles las herramientas suficientes para haber podido enfrentar una situación de estas características”, concluyó la viuda de Rodrigo Cabezón.