Víctimas de Joseph DeAngelo, que confesó 13 homicidios y 50 violaciones cometidos en California en los años 1970 y 1980, comenzaron este martes a encarar en la corte a su agresor que pasará el resto de sus días en prisión.

Los testimonios de docenas de personas serán presentados en un tribunal de Sacramento por tres días, antes de que este expolicía de 74 años sea condenado a 11 cadenas perpetuas sin posibilidad de libertad condicional, como parte de un acuerdo con la fiscalía sellado en junio.

La audiencia arrancó con el testimonio de Phyllis Henneman, víctima de la primera de las 50 violaciones que DeAngelo admitió haber cometido.

El llamado “Golden State Killer” (asesino del estado dorado, como se denomina a California), que llevaba un traje naranja de presidiario con una máscara facial de plástico por la pandemia, reconoció además haber asesinado a 13 personas entre 1975 y 1986, además de múltiples robos y secuestros.

Henneman, que sufre de un cáncer y pidió a su hermana que leyera su declaración, dijo que fue a la cama en aquella fatídica noche de junio de 1976 “sin saber que mi vida cambiaría”.

“Merece pasar el resto de su miserable vida en prisión”, expresó Henneman, describiendo que vivió por años con ansiedad y miedo hasta que su atacante fue arrestado en 2018.

Kris Pedretti, que tenía 15 años cuando DeAngelo la violó en diciembre de 1976, describió como la aterrorizó y amenazó con matarla durante el calvario.

“En tres oportunidades aquella noche pensé que iba a morir”, indicó. “Canté ‘Jesús me ama’ en mi cabeza mientras esperaba a morir”.

“A la mañana siguiente, el 19 de diciembre, me desperté sabiendo que no volvería a ser una niña nunca más y, aunque estaba realmente agradecida de estar viva, también sentí que había muerto”, siguió.

“Monstruo malvado”

Patricia Murphy, que tenía 29 años y dos hijos cuando DeAngelo la violó repetidamente en la casa de sus padres en septiembre de 1976, dijo que su vida cambió para siempre después del ataque.

Murphy, cuya declaración fue leída por su hija Patti Cosper, describió a DeAngelo como “un monstruo malvado y sin alma” y dijo que debería ser castigado “con todo el peso de la ley por los horribles crímenes que cometió”.

“¿Fue su pequeño pene lo que lo llevó a estar tan enojado todo el tiempo?”, preguntó en su declaración. “¿Estudió criminología para poder llevar a cabo sus malas acciones como un mal policía sin ser atrapado?”.

DeAngelo no mostró ninguna emoción y fijó la mirada en la pared frente a él en la corte mientras escuchaba los testimonios.

Los testimonios se sucederán hasta el jueves, antes de que el juez pronuncie la sentencia.

El arresto del asesino se realizó en 2018, después de que los investigadores compararan el ADN recogido en la escena de un crimen con perfiles disponibles en sitios web que analizan muestras genéticas de gente que quiere saber sobre su ascendencia.

Los crímenes conocidos comenzaron en 1975, inicialmente en el área de Sacramento en el centro de California, antes de extenderse por todo el estado.

Y en 1986 terminó aparentemente su racha criminal con la violación y el asesinato de una chica de 18 años.

El meticuloso asaltante enmascarado fue llamado también “East Area Rapist” (violador de la zona este) y “Original Nightstalker” (primer acosador de la noche).