“Pretendo que se haga justicia”, fueron parte de las escuetas declaraciones que emitió Luis Ravanal, presunta víctima de torturas por parte del ex comandante en jefe del Ejército, Juan Emilio Cheyre, cuando éste se desempeñaba como teniente en el regimiento “Arica” de La Serena, cuando la denominada Caravana de la Muerte pasó por esa ciudad tras el golpe militar de 1973.
El hombre llegó esta jornada hasta la Brigada de Derechos Humanos de la Policía de Investigaciones para sostener un careo con el retirado general, a quien acusa de haberlo torturado luego ser detenido el 18 de octubre de 1973 y llevado a la unidad militar emplazada en la Región de Coquimbo, donde fue objeto de apremios ilegítimos junto a otras personas.
Aclaró que “yo no temía declarar” en la causa, explicando que no lo había hecho porque estaba fuera del país y volvió en 1991, subrayando que hace 18 años entregó por escrito su testimonio de lo vivido a manos del oficial en retiro, al tiempo que indicó que tras ese episodio fue aprehendido en otras oportunidades, donde otros militares le pegaban.
“La verdad es que yo tenía que haberlo demandado y no presenté ninguna denuncia porque estuve dedicado a sobrevivir. Ya lo había hecho en varios países y volvía a sobrevivir de cualquier forma”, dijo respecto al trauma que sufrió entonces y que significó que declara en la Comisión Nacional de Prisión Política y Tortura, conocida como Comisión Valech.
Sobre cómo percibió a Cheyre en la diligencia, Ravanal respondió que “me saludó” y en cuanto al hecho de que haya sido él quien pidió perdón a nombre del Ejército para ir cerrando el capítulo que la vincula al régimen militar, expresó que “esa palabra la he escuchado muchas veces. ‘Nunca más’. Y todos los días he escuchado decir a mucha gente ‘nunca más’ y día a día se siguen repitiendo los terribles errores que se han cometido todos estos años”.