De esta forma la Santa Sede salió a explicar por qué el Pontífice replegó bruscamente su mano cada vez que se le acercaban feligreses a saludarlo y besar su anillo en señal de respeto, durante su visita al santuario de Nuestra Señora de Loreto en Italia.
Las imágenes de Jorge Bergoglio realizando esa acción, generaron muchas interrogantes y desconcierto entre los católicos.
El video se convirtió en un gran éxito en las redes sociales, por lo que el Vaticano decidió aclarar el asunto. “Me dijo que le gusta abrazar y ser abrazado y estar cerca de la gente, pero temía que todos se enfermaran”, contó Gisotti a los periodistas que cubren la Santa Sede.
A Francisco, en efecto, le gusta el contacto directo con los fieles, aprieta cientos de manos cada semana, se deja abrazar, tomar selfies, acepta tomar mate y suele conversar con las personas.
Su reacción casi brusca generó muchas interpretaciones ya que más tarde, en otra sala del santuario, el material audiovisual lo muestra mientras saluda a docenas de capuchinos y monjas, algunos le dan la mano, unos lo besan y otros besan su anillo pontificio.
El protocolo del Papa Francisco suele pedir a los visitantes que eviten las genuflexiones, formalidades tradicionales que no son de su estilo. El anillo en cuestión no es el “anillo dorado de pescador” que los pontífices suelen llevar como símbolo del poder papal, sino el anillo que recibió durante su ordenación episcopal en 1992 en Buenos Aires, según explicó el diario católico La Croix.