La parlamentaria se lo tomó con humor y hasta festinó con que su auto era caro porque estaba hecho de paltas. A raíz de otra información que circulaba por redes sociales (en 2014), debió solicitar a la Contraloría acreditar que su padre no había ganado licitación alguna para calefaccionar La Moneda por $300 millones de pesos. #ElQueNadaHaceNadaTeme respondió a través de Twitter a quienes la acusaban de neopotismo adjuntando el oficio que desmentía la noticia.
En materia de desinformación, el nocivo efecto de las noticias falsas ligadas a la trama rusa contra Hillary Clinton que redundarían en el fortalecimiento de la campaña de Donald Trump, la propaganda contra el Brexit en Reino Unido o la estrategia de Jair Bolsonaro para asentarse en el poder de Brasil, son algunos ejemplos de cómo estas posverdades resultan una palanca de influencia para quienes las difunden.
“PODEMOS ENMENDAR EL RUMBO”
Camila Vallejo cree que estamos ante una práctica que podría institucionalizarse peligrosamente en Chile si no se les pone atajo o si no se educa a los usuarios de redes sociales para diferenciar una noticia real de otro infundio.“Yo pienso que en nuestro país lamentablemente las noticias falsas son usadas de manera sistemática a través de las redes sociales, es algo que no podemos desconocer. Compartimos muchas falsedades por ignorancia o por tratar de dañar. Sin embargo, creo que podemos enmendar el rumbo. Siempre se puede. El mundo político debe asumir una responsabilidad importante para lograrlo”, señala a La Nación. Y añade: “La derecha ha hecho de las fake news su principal estrategia de posicionamiento en el mundo a través de estas herramientas y particularmente las fake news para golpear a sus adversarios. Los medios de comunicación tienen una tarea enorme para no terminar siendo suplantados por medios falsos como también para no caer en esa dinámica, y el mundo social, las personas, también tienen una responsabilidad como individuos y ciudadanos en no contribuir al daño social que estas falsas noticias generan”.
“EL LLAMADO ES A SER RESPONSABLES”
Las fakes news, herederas naturales del rumor malintencionado, han sido popularizadas también bajo el eufemismo de “posverdades”.El fenómeno sigue siendo un asunto poco estudiado respecto del daño que pueden causar a nivel político y social. En esa línea, el académico de la Universidad Católica, Daniel Halpern, advierte que, al menos, uno de cada cuatro chilenos comparte noticias falsas que ve en internet, lo que provoca una engañosa viralización: “La gente cree las cosas que quiere creer; una persona nunca va a creer algo que va en contra de su visión de mundo”, ha dicho el docente.
En el caso de La Tribuna, de España, medio donde se origina la extravagante cita falsa de Vallejo dada a conocer por el locutor de Agricultura, se sabe que se trata de un portal vinculado a la ultraderecha que postea información real alternada con calumnias e interpretaciones totalmente sesgadas en particular en lo referido al partido Podemos y su secretario general Pablo Iglesias.
-En el contexto global, si consideramos a Brasil, EEUU o Europa, ¿qué proyección cree que podemos hacer acerca del auge de estas noticias sin chequear y la difusión ciudadana de las fake news en nuestro país? -Efectivamente, hay una estrategia ya probada en los países que tu mencionas y que empieza a ser una práctica global de la derecha para atacar a sectores de izquierda o progresistas, incluso para atacar gobiernos y ganar elecciones a través de la desinformación. Por eso cuando digo que lo que se inventó de mí no solo me daña como persona, sino que es un daño a nuestra democracia, me refiero a que, si no sabemos enfrentarla, podemos terminar en Chile legitimando alternativas en el poder que se fundamentan en mentiras, o en ideas creadas a partir de mentiras. Yo creo que Chile puede ser perfectamente un caldo de cultivo de esta estrategia derechista, especialmente de cara a las próximas elecciones
-¿Qué llamado hace usted como usuaria de estas plataformas a quienes difunden este tipo de falacias? –El llamado es a ser responsables. Cada persona usuaria de una red social tiene un poder de resonancia muy importante, si no chequeamos la fuente y la veracidad de lo que se nos comparte antes de difundir, pueden terminar siendo parte de la enfermedad, parte del virus, y las consecuencias no son para ser tomadas con humor, pueden ser muy graves. Hay que saber diferenciar un chiste, una ironía, de lo que es una fake news o noticia falsa. Es necesario darle una vuelta de tuerca a este asunto, revisar lo que han hecho otros países en la materia legislativa, abrir una discusión. Si no hacemos algo, creo que podemos llegar a un punto de no retorno.