La vacuna contra el coronavirus creada por las farmacéuticas estadounidense Pfizer y alemana BioNTech podría empezar a ser distribuida antes de que termine el año en Estados Unidos o la Unión Europea (UE), declaró este jueves el fundador y presidente de BioNTech, Ugur Sahin.
“Existe la posibilidad de que podamos obtener este mismo año la autorización en Estados Unidos o en Europa, o en ambas regiones”, estimó Sahin en entrevista con la AFP.
La demanda de autorización será presentada el viernes ante la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) estadounidense.
“Trabajamos a toda máquina”, añadió. “Es posible que podamos suministrar vacunas en diciembre”, precisó.
La Agencia Europea del Medicamento (EMA) realiza actualmente una evaluación continua del producto con miras a su autorización y datos suplementarios le serán transmitidos “la semana próxima”.
El proyecto de los laboratorios Pfizer/BioNTech es, con el del estadounidense Moderna, el más avanzado en los ensayos clínicos a gran escala, en ambos casos con una eficacia comparable del 95%.
Centenares de millones de dosis ya fueron reservadas en el mundo. Pero varios gobiernos anunciaron que las inyecciones serán de antemano destinadas al personal médico y a los más vulnerables. El resto de la población deberá esperar varios meses.
PROTECCIÓN “AL MENOS DURANTE UN AÑO”
Si “todos los actores, entre ellos gobiernos, empresas farmacéuticas y la cadena logística hacen un buen trabajo, podemos vacunar entre 60% al 70% de la población de aquí al invierno de 2021”, subrayó Sahin.
“Si lo logramos, podemos tener un invierno normal, sin nuevo ‘confinamiento’”, agregó el científico, cofundador de BioNTech, con sede en Maguncia (oeste de Alemania).
Pfizer/BioNTech ya firmó varios contratos, especialmente con la UE y Estados Unidos, y negocia actualmente “con 30 países” más.
Los laboratorios hablan con “varias organizaciones”, entre ellas Naciones Unidas, para que “la vacuna esté disponible para todos en el mundo” y reducir su costo para que pueda ser accesible en los países pobres.
Sahin, de 55 años, y su mujer Özlem Türeci, directora médica y cofundadora de la empresa, se harán “por supuesto” vacunar cuando sea posible.
Sahin se muestra “muy confiado” en la seguridad de la vacuna.
El asunto de la aceptación de una vacuna, en un contexto de desconfianza creciente, será uno de los desafíos que enfrentarán las autoridades.
Hasta ahora “ningún efecto secundario grave” ha sido constatado en los ensayos a gran escala, anunciaron Pfizer y BioNTech el miércoles.
“De manera razonable, diría que la vacuna protegerá al menos un año, e incluso más”, indicó Sahin.
Otro problema es la distribución de este producto, que requiere ser conservado a muy baja temperatura, -70 grados Celsius, y no más de cinco días con una temperatura de refrigerador.
Desconocidos del gran público hasta hace poco, los fundadores de BioNTech llamaron la atención por su recorrido de hijos de inmigrantes turcos, formados en Alemania.
La pareja creó la empresa en 2008 con el objetivo de de desarrollar una nueva generación de terapias individuales para enfermos de cáncer.