Palma señala que dentro de este grupo hay otro denominado sifónoforos, representado por 55 especies en Chile, en el que está la “Fragata Portuguesa” o Physalia physalis, que viene llegando masivamente al litoral chileno desde 2014. Su picadura muy dolorosa, es “la que nos causa los principales problemas en la actividad turística, incluyendo el cierre de playas”, indica.
La dermatóloga Cecilia Orlandi señala que lo primero que se siente cuando uno es picado por una medusa es el eritema o piel roja en la zona de contacto con ese tentáculo. “Puede aparecer a los pocos minutos, con ampollitas que son como cuando te quemas con el agua caliente. Después, puede ser que la piel quede pigmentada con rayas en donde se tuvo contacto con el veneno, pero algunas de estas especies tienen toxinas tan potentes que ejercen efectos súper dañinos también en los tejidos internos”.
Mejor prevenir que lamentar
La especialista puntualiza que además de la alergia, las toxinas pueden llegar a producir problemas gastrointestinales como náuseas, mareos, vómitos y taquicardia. “Después de eso viene como una hipotensión en donde las personas picadas pueden desmayarse y tener una falla renal o incluso un paro cardíaco que es motivo de muerte cuando se está nadando en el mar”, afirma.De allí que la doctora Orlandi, señala como fundamental prevenir las picaduras y, en caso de ocurrir, hacer primeros auxilios adecuados. Respecto a la prevención, acaba de llegar a Chile Safe Sea, un nuevo fotoprotector, que sirve para proteger además de los daños solares y el envejecimiento, de las picaduras de medusas
Este fotoprotector, explica la química farmacéutica Soledad Ríos, es resultado de la investigación de Amit Lotan, doctor en Biología de la Universidad Hebrea de Jerusalén, quien dedicó 9 años a estudiar desde su país y EE.UU. peces y caracoles que aprenden cómo manipular y prevenir las picaduras de las medusas y de otros cnidarios a nivel celular, como es el caso del famoso pez payaso de la película de Disney “Buscando a Nemo”, que se esconde y aloja entre los tentáculos de una anémona de mar que tiene la misma forma de picar que las medusas.
Agrega que el fotoprotector, que cuenta con rigurosos estudios científicos mundiales que prueban su efectividad y seguridad, también libera unos polisacáridos que confunden a la medusa y hacen que ésta piense que está tocando a otra, por lo que no se activan sus mecanismos de picadura, bloqueándose el camino entre el receptor y células urticantes que, al no recibir la información de tener ”una presa” o un “enemigo”, se aquietan”, dice la experta, agregando que se inhiben los elementos necesarios para activar el disparo de estas especies de arpones que tienen las medusas y otros cnidarios sobre la piel humana. El producto no se disuelve con el agua.
En caso de picaduras
Los más vulnerables a las picaduras de medusas y otro cnidarios son los niños, porque el veneno se reparte en menos superficie, y las personas alérgicas, cuya reacción es mayor.“Siempre hay que tener cuidado con las medusas, aunque uno crea que las que se encuentran varadas en la arena están muertas, porque los nidocitos de los tentáculos siguen vivos 2 ó 3 días, por lo que no hay que tocarlas ni con el pie”, recomienda el doctor Sergio Palma.
Por su parte, la dermatóloga Orlandi aconseja que si se fue picado por una medusa, lo primero es echarse suero fisiológico, y si no se tiene a mano, reemplazarlo por un litro de agua con una pizca de sal. También puede usarse agua con vinagre o aplicar bicarbonato con un poco de agua. En ningún caso rascarse o frotarse con la arena porque eso empeora las cosas. “Tampoco echarse agua de mar ya que nuestras costas están contaminadas y tienen una fuerte cantidad de bacterias; ni orina, ni cosas calientes, ni hielo directamente. Si uno va a poner algo frío que, sea una bolsa con hielo para no diluir el veneno en la superficie”.