Rebeca Molina, directora ejecutiva Fundación Educacional Presente.
Según cifras entregadas por el Ministerio de Educación la semana pasada, más de 227 mil estudiantes se encuentran fuera del sistema escolar, lo que es dramático. Sin embargo, no podríamos decir “que no lo vimos venir”. En Chile hemos tenido históricamente altísimas tasas de ausentismo crónico.
Previo a la pandemia, 1 de cada 3 estudiantes faltaba al menos un mes a clases al año, situación que a partir de 2020 sólo se agudizó.
Si llevamos esta cifra a 10 años de escolaridad, por ejemplo, de primero básico a segundo medio, estamos hablando de que un/a estudiante con ausentismo crónico recurrente puede llegar a perder hasta 10 meses de clases, lo que equivale a un año completo.
Aprovechemos las 3 semanas de clases que quedan antes de que termine el año escolar. Son días clave en que se cierran y conectan los distintos aprendizajes sociales, emocionales y curriculares. Días en que adultos y estudiantes ponemos a prueba nuestra perseverancia y responsabilidad de terminar lo que comenzamos, a pesar del cansancio.
Es fundamental que como sistema escolar logremos experiencias significativas para los estudiantes hasta el último día, y que seamos capaces de transmitir la importancia de esta etapa a las familias. No olvidemos que estamos formando para la vida, y no para la prueba de cierre de semestre.
Rebeca Molina, directora ejecutiva Fundación Educacional Presente.