Producto de fugas de helio y propulsión durante su primer viaje tripulado, la nave Starliner de Boeing, acoplada en la Estación Espacial Internacional (ISS) desde el pasado 6 de junio, realizó una exitosa segunda prueba de motores, por lo que se estima su arribo a la Tierra en agosto.

El equipo completó este sábado una prueba de encendido en caliente acoplado de los propulsores del Sistema de Control de Reacción (RCS) de la aeronave, donde se monitoreo su sistema de helio, lo que proporcionó datos adicionales para su regreso al planeta.

“Los equipos integrados entre Starliner y Estación Espacial trabajaron muy bien juntos esta semana para finalizar y ejecutar de manera segura la secuencia de encendido en caliente acoplado”, declaró por medio de un comunicado la directora de vuelo de Starliner, Chloe Mehring.

“Ambos equipos estaban muy contentos con los resultados”, sostuvo.

Las mediciones, donde se analizaron los datos en tiempo real, se realizaron para confirmar el rendimiento de los propulsores, donde también se determinó que el sistema de helio se mantuvo estable, recogió Radio Biobío.

Asimismo, una válvula de aislamiento del oxidante RCS que no se encontraba en estado óptimo, se activó en reiteradas ocasiones durante la prueba, por lo que ahora funciona con normalidad.

Los astronautas de la misión, Butch Wilmore y Suni Williams, estaban dentro de la nave proporcionando al equipo en tierra información en tiempo real durante la prueba.  Se prevé una revisión de la preparación para las pruebas de vuelo a finales de la próxima semana. Los datos recopilados se examinarán y se incluirán en la justificación para el vuelo de regreso, consignó el citado medio.

“Si bien aún no se ha establecido una fecha de aterrizaje, hay oportunidades disponibles durante todo agosto”, informó Boeing mediante un comunicado.