Tito Rivera insiste en su inocencia en denuncia por violación: “Parece un montaje con fines de lucro”
“La forma en que el señor Rojas ha llevado su denuncia, querella y demanda de indemnización de perjuicios, más me parece un montaje con fines de lucro ilegítimo”, sentenció este lunes el presbítero, Tito Rivera.
En compañía de su abogada, Sandra Pinto, el religioso leyó una declaración respecto de la que no aceptó preguntas, en la que se defendió de cada una de las imputaciones que le hizo el feligrés en un reportaje denuncia emitido por Informe Especial, donde asegura que lo violentó sexualmente y que luego oficializó en la justicia.
“Existe el derecho a la defensa y al principio de inocencia, lo mismo que el buen recuerdo y mi acción pastoral en todos los lugares don he servido. Reclamo, entonces, este derecho cuando un periodista, el señor (Santiago) Pavlovic, me ha llamado un depredador sexual y ladrón”, acusó sobre el trabajo periodístico, aludiendo al supuesto robo de un cáliz que se archivó.
Ad portas de su formalización por el delito del que se le acusa el 29 de marzo, el religioso citó a una conferencia de prensa para hacer sus descargos respecto de ello y de las declaraciones que realizó la Conferencia Episcopal y del arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, en cuanto a lo que dijo de la homosexualidad al interior de la institución eclesial y el ministerio del sacerdocio.
“Se ha dicho que yo he abusado de una persona débil y vulnerable, que he hecho afirmaciones en contra de víctimas de abuso, en contra del ministerio sacerdotal, del matrimonio y del sacramento de la penitencia. Mi crítica no es a la práctica de éstos, sino al incumplimiento que hacemos e infidelidad en la que caemos”, dijo.
Al igual que lo dijo anteriormente en el programa Mentiras Verdaderas de La Red, señaló que “el pecado tiene una fuerza que no es superior a la gracia, pero que nos hace caer cuando menos uno lo espera”, añadiendo que “ocurren situaciones que inducen a fallar sin que ello signifique que seamos resilientes. Lo anterior puede suceder en cualquier experiencia se vida y por qué no en el ámbito de los religiosos”.
Sobre el testimonio de su acusador insistió en que el ultraje jamás habría ocurrido, ya que sus aposentos no eran privados, no de acceso público y menos para los feligreses.
“Nunca imaginé que ayudarlo con la mejor de mis intenciones iba a servir para armar esta tremenda maquinación, sólo omitió tratarme de traficante de droga cuando afirmó falazmente que le serví un vaso de agua que habría contenido droga”, expresó Rivera sobre el relato del presunto abusado.