La crisis al interior de la Iglesia católica cada vez es más aguda. El cardenal Ricardo Ezatti no ha logrado salir de la polémica, ya que ahora se le suman tres episodios que empañan aún más su inminente sucesión como arzobispado de Santiago.
Según consignó Ciper, “el primero es la detención de su canciller, Óscar Muñoz, por abusos de menores que habría cometido aún después de que Ezzati supo de sus delitos, en enero pasado, y no lo denunció a la justicia penal. El segundo es la ofensiva del fiscal Emiliano Arias para procesar a Ezzati por encubrimiento u obstrucción en el mismo caso del canciller Muñoz. Y el tercero y más sorprendente, pues le abrió un inesperado flanco al prelado: los abusos que no investigó en Concepción, cuando encabezó esa arquidiócesis entre 2006 y 2011″.
El fin de semana pasado el medio Sabes.cl reveló una carta al director en la que los padres denunciaban que su hijo de 14 años, quién era seminarista en 2002, había sido violado por el sacerdote Hernán Enríquez.
“El domingo cuando preparamos las maletas fue un día muy triste para mi esposa y yo. Mi hijo se iba con gran ilusión. Lo recibieron el Arzobispo Antonio Moreno, el Obispo Auxiliar Tomilslav Koljatic y el Rector Hernán Enríquez Rozas. Mi hijo se fue ilusionado. Nosotros nos fuimos muy tristes”.
“Al domingo siguiente, en la mañana, nuestro hijo llamó repentinamente por teléfono a casa:–– ¡Venga mamá, venga a buscarme! –– Fueron pocas, pero decidoras palabras. Yo no me encontraba en casa. Mi esposa viajó de inmediato a buscarlo, haciéndose acompañar de mi hermana y mi sobrino”, expresa parte de la misiva.
El arzobispo, a pesar de contar con estos antecedentes no hizo nada. De hecho en 2012, seis años después de recibir la primera denuncia, colaboró con Enríquez para redactar la introducción de un libro escrito por el sacerdote acusado.
Según consignó Ciper, “el primero es la detención de su canciller, Óscar Muñoz, por abusos de menores que habría cometido aún después de que Ezzati supo de sus delitos, en enero pasado, y no lo denunció a la justicia penal. El segundo es la ofensiva del fiscal Emiliano Arias para procesar a Ezzati por encubrimiento u obstrucción en el mismo caso del canciller Muñoz. Y el tercero y más sorprendente, pues le abrió un inesperado flanco al prelado: los abusos que no investigó en Concepción, cuando encabezó esa arquidiócesis entre 2006 y 2011″.
El fin de semana pasado el medio Sabes.cl reveló una carta al director en la que los padres denunciaban que su hijo de 14 años, quién era seminarista en 2002, había sido violado por el sacerdote Hernán Enríquez.
“El domingo cuando preparamos las maletas fue un día muy triste para mi esposa y yo. Mi hijo se iba con gran ilusión. Lo recibieron el Arzobispo Antonio Moreno, el Obispo Auxiliar Tomilslav Koljatic y el Rector Hernán Enríquez Rozas. Mi hijo se fue ilusionado. Nosotros nos fuimos muy tristes”.
“Al domingo siguiente, en la mañana, nuestro hijo llamó repentinamente por teléfono a casa:–– ¡Venga mamá, venga a buscarme! –– Fueron pocas, pero decidoras palabras. Yo no me encontraba en casa. Mi esposa viajó de inmediato a buscarlo, haciéndose acompañar de mi hermana y mi sobrino”, expresa parte de la misiva.
El arzobispo, a pesar de contar con estos antecedentes no hizo nada. De hecho en 2012, seis años después de recibir la primera denuncia, colaboró con Enríquez para redactar la introducción de un libro escrito por el sacerdote acusado.