Un joven de 27 años fue víctima de un violento ataque al interior del gimnasio Coliseo Sarkos de la comuna de Quilpué, en la Región de Valparaíso.
Según el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), la agresión sería producto de su orientación sexual y expresión de género.
Según antecedentes, Omar Tapia, realizaba su rutina de ejercicios cuando fue hostigado y golpeado por otro cliente, de iniciales J.M.P.Q.
“Estaba tranquilamente entrenando cuando un hombre que no conocía me comenzó a molestar con insultos homofóbicos. Me discriminó por llevar las uñas de color. Me dijo ‘maricón culiao, córrete, tení la uñas pintadas como las minas. Te voy a matar, te voy a perseguir hasta matarte’”, relató Omar.
Y afirmó que cuando “intenté evitarlo, me persiguió por el gimnasio con más insultos. En un momento me empujó. Me devolví para pedirle explicaciones, para decirle que cómo se le ocurría empujarme por llevar las uñas pintadas. Ahí me pegó brutalmente sin piedad”.
El hecho quedó registrado en un video, “el personal no hizo nada para parar al agresor. Había 4 entrenadores de testigos y ninguno hizo nada. Todos estaban con los brazos cruzados cuando después de agredirme físicamente el hombre me perseguía por todo el gimnasio con una pesa de 15 kilos para partirme el rostro en pedazos”, añadió.
“En ningún momento me sentí respaldado ni apoyado por el personal, únicamente por la recepcionista al final. La seguridad del gimnasio Coliseo Sarkos es nula. Estuve dos horas esperando a carabineros y nunca llegaron. En la recepción, el agresor incluso me amenazó de muerte, diciendo que me partiría el rostro al salir del gimnasio, que esperaría afuera para matarme”, apuntó la víctima.
REACCIÓN DEL MOVILH
El encargado de derechos humanos del Movilh, Ramón Gómez, calificó de “insólito y brutal lo ocurrido a Omar. Por un lado hay un sujeto que es un peligro público, que se atreve a golpear personas por su orientación sexual o expresión de género y, por otro, la ausencia de carabineros en el conflicto pone una vez más en evidencia que las victimas LGBTIQA+ de los abusos no son prioridad para las policías”.
“Especialmente condenable es el actuar del gimnasio denunciado por el joven, pues violenta la Ley del Consumidor al no garantizar seguridad a sus clientes, y al no asistirlos, ni ofrecerles reparación cuando son agredidos e insultados por su orientación sexual o expresión de género. Este gimnasio debe dar disculpas públicas y reparar el daño causado. Le hemos enviado una carta y, mientras esperamos su respuesta, estamos evaluando qué acciones cursar”, afirmó.
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