La Superintendencia de Educación Superior ordenó iniciar un proceso administrativo sancionatorio contra la Universidad de los Andes tras una investigación de ocho meses relacionada con las denuncias de maltrato hacia la estudiante de Terapia Ocupacional, Catalina Cayazaya.

De acuerdo a la resolución, según informa La Tercera, “en 2022, en su primera rotación de internado en el Hogar Español, Catalina Cayazaya enfrentó situaciones de hostigamiento y maltrato por parte de la docente de práctica y la kinesióloga del lugar, lo que fue representado a la encargada de internado de la Escuela de Terapia Ocupacional al terminar la rotación”. Sin embargo, tras un correo enviado por 26 estudiantes mostrando preocupación, “las autoridades de la Escuela no dieron respuesta a la solicitud de apoyo de las estudiantes, rechazando de plano la veracidad de las denuncias, sin activar ninguna investigación para esclarecer los hechos denunciados”.

El informe de la Superintendencia también detalla que “la ausencia de respuesta a las peticiones de Catalina Cayazaya y sus compañeras es una forma de maltrato que fue reconocida en la Investigación Interna de la Universidad de los Andes. Así, propuso sancionar a las académicas Paola Manghi y Valeria Zamora”. No obstante, se señala que la investigación interna no analizó posibles responsabilidades de las autoridades superiores de la Facultad de Medicina ni del Consejo de Escuela.

Asimismo, se detectaron irregularidades en el internado de Catalina, como la falta de registro de calificaciones, ausencia de evaluaciones docentes y atención de pacientes sin supervisión. Por estas razones, la Superintendencia designará un funcionario para formular los cargos correspondientes.

Carolina Cors, madre de Catalina, expresó en redes sociales que la investigación de la Superintendencia “fue profunda y meticulosa” y corroboró los hechos denunciados por su hija. Destacó que las tres terapeutas involucradas fueron sancionadas en la investigación interna y añadió: “Espero que siente precedente para que estas malas prácticas cesen definitivamente y no tengamos más vidas que lamentar. Hija mía, seguiré en la lucha hasta que el respeto y la dignidad recuperen su espacio”.