Rebeldes sirios y partidarios del régimen de Bashar al-Asad se dieron una tregua de 90 minutos este martes y no por acuerdos tomados en las Naciones Unidas, sino por el partido de fútbol que paralizó a Siria entera.
En guerra desde hace seis años, los rebeldes sirios y los partidarios del régimen gritaron de alegría este martes cuando Omar Al Soma, jugador de la selección de fútbol de Siria, igualó frente a Irán, permitiendo a la selección nacional jugar una eliminatoria asiática cuyo vencedor disputa una repesca para jugar el Mundial de Rusia 2018.
Este tanto, logrado en el descuento (90+3), supuso el empate 2-2 de Siria frente a Irán en Teherán y desencadenó inéditas celebraciones en un país golpeado por una guerra que cuenta más de 330.000 muertos en seis años.
La alegría se propagó por el centro de Damasco, bastión del régimen de Bashar al Asad a la vecina zona rebelde de la Ghouta -zona oriente de la región capital- pasando por la ciudad de Binnish, situada en la provincia de Idleb (noroeste), dominada por la organización yihadista “Tahrir al-Cham”.
“No puedo describir mi alegría… ¡Espero que Siria recupere la paz!, señala Lara Hanna, de 35 años, que siguió el partido en un café de la capital Damasco junto a su marido y su hija. “Hoy he celebrado a la vez la victoria de Siria y el cumpleaños de mi hija”, añade.
El siguiente paso en el camino hacia el Mundial de Rusia es la eliminatoria asiática frente a Australia. El ganador del repechaje asiático entre australianos y sirios jugará otra serie eliminatoria con el cuarto clasificado de la Concacaf, es decir que Siria está a cuatro partidos de su primer mundial.
“Estamos contentos con la actuación de nuestro equipo en Irán, aunque los iraníes son nuestros aliados. Esto es fútbol y dimos lo mejor de nosotros mismos”, declara el soldado a la agencia AFP. Es importante señalar que Teherán (capital de Irán) apoya a las fuerzas del régimen contra los rebeldes.
En Binnish, ciudad controlada por los movimientos de oposición al régimen de Asad, Omar Hajj Hamdan, de 21 años, siguió el partido con sus amigos en una heladería.
“Estamos muy contentos, este empate tiene sabor a victoria. No hay vínculo entre la política y el deporte. Es falso decir que no podemos apoyar al equipo nacional porque representa al régimen”, señaló el joven sirio quien además agregó que “El equipo nacional juega por Siria y no pertenece a Bashar”.
En el estadio Al-Jalaa, en Damasco, más de 3.000 personas se juntaron este martes para celebrar el resultado, exhibiendo los colores rojo y blanco del equipo nacional y gritando “¡Siria, Siria!”
Alegría futbolera que no llegaba a tierras sirias desde la década del 80, cuando el conjunto nacional estuvo cerca de clasificarse al Mundial de México 1986. Ahora sólo queda esperar una alegría para un pueblo golpeado.
Nota con declaraciones e información de la Agencia AFP.
En guerra desde hace seis años, los rebeldes sirios y los partidarios del régimen gritaron de alegría este martes cuando Omar Al Soma, jugador de la selección de fútbol de Siria, igualó frente a Irán, permitiendo a la selección nacional jugar una eliminatoria asiática cuyo vencedor disputa una repesca para jugar el Mundial de Rusia 2018.
Este tanto, logrado en el descuento (90+3), supuso el empate 2-2 de Siria frente a Irán en Teherán y desencadenó inéditas celebraciones en un país golpeado por una guerra que cuenta más de 330.000 muertos en seis años.
La alegría se propagó por el centro de Damasco, bastión del régimen de Bashar al Asad a la vecina zona rebelde de la Ghouta -zona oriente de la región capital- pasando por la ciudad de Binnish, situada en la provincia de Idleb (noroeste), dominada por la organización yihadista “Tahrir al-Cham”.
Fanáticos sirios observando el partido en la ciudad de Hamouria / Foto: AFP
El siguiente paso en el camino hacia el Mundial de Rusia es la eliminatoria asiática frente a Australia. El ganador del repechaje asiático entre australianos y sirios jugará otra serie eliminatoria con el cuarto clasificado de la Concacaf, es decir que Siria está a cuatro partidos de su primer mundial.
CELEBRACIONES EN TODO EL PAÍS
Saeed Ereji, un soldado del ejército sirio de 34 años, vestido con un pantalón militar y una camiseta del equipo nacional, no puede contener su alegría.“Estamos contentos con la actuación de nuestro equipo en Irán, aunque los iraníes son nuestros aliados. Esto es fútbol y dimos lo mejor de nosotros mismos”, declara el soldado a la agencia AFP. Es importante señalar que Teherán (capital de Irán) apoya a las fuerzas del régimen contra los rebeldes.
“Estamos muy contentos, este empate tiene sabor a victoria. No hay vínculo entre la política y el deporte. Es falso decir que no podemos apoyar al equipo nacional porque representa al régimen”, señaló el joven sirio quien además agregó que “El equipo nacional juega por Siria y no pertenece a Bashar”.
En el estadio Al-Jalaa, en Damasco, más de 3.000 personas se juntaron este martes para celebrar el resultado, exhibiendo los colores rojo y blanco del equipo nacional y gritando “¡Siria, Siria!”
Alegría futbolera que no llegaba a tierras sirias desde la década del 80, cuando el conjunto nacional estuvo cerca de clasificarse al Mundial de México 1986. Ahora sólo queda esperar una alegría para un pueblo golpeado.
Nota con declaraciones e información de la Agencia AFP.
El gol de Siria para el 2-2 ante Irán en el último minuto. Se clasificó al repechaje de las Eliminatorias Asiáticas. pic.twitter.com/UiUiEc5Lnm
— Juan Patricio Balbi (@juanbalbi9) 5 de septiembre de 2017
