El suizo de 45 años fue considerado la cara amable de la UEFA, organismo donde fue muy cercano a Michel Platini, uno de los imputados por el escándalo de corrupción que remeció al fútbol mundial.
El suizo Gianni Infantino, elegido este viernes como nuevo presidente de la FIFA, dio el salto desde la UEFA, donde fue Secretario General, a la cúspide mundial refrendado por el apoyo de jugadores, entrenadores y las dos confederaciones más poderosas del planeta.
Infantino, de 45 años, se proclamó ganador de las elecciones más inciertas de la historia de la FIFA, al imponerse en la segunda votación, con 115 votos, por delante del jeque árabe Salman bin Ebrahim Al Khalifa (88), el Príncipe Alí bin Al Hussein (4) y al francés Jerome Champagne (0), durante el Congreso Extraordinario celebrado en Zürich. En la primera ronda, Infantino había logrado 88 votos, por 85 de Al Khalifa, 27 del Príncipe Alí y 7 de Champagne.
Nacido en Brig (Suiza) el 23 de marzo de 1970, Infantino ha sido el rostro amable de la UEFA, el simpático conductor de los sorteos de la Champions League que trataba de hacer comprensibles los numerosos condicionantes de la primera fase y que, una vez descartado Michel Platini, por su inhabilitación, dio el paso al frente para liderar la reconstrucción de la FIFA.
Políglota -habla perfectamente inglés, francés, italiano, alemán y español– ha dado conferencias a los clubes sobre reformas de la UEFA y es avalado por la implantación del Fair Play financiero, que introdujo el control económico en los clubes europeos, mientras que también fue el impulsor de la idea de jugar la Eurocopa con 24 selecciones, algo que buscará trasladar al Mundial, con un total de 40 equipos.
Pero, sobre todo, tiene tras de sí el apoyo de la gente del fútbol. Luis Figo, Roberto Carlos, Fernando Hierro, Samuel Eto’o y Cafú, reforzaron su campaña, lo mismo que entrenadores como José Mourinho, Fabio Capello y Alex Ferguson, más la Asociación Europea de Clubes, pese a sus reticencias para ampliar la Copa del Mundo.
Ese mismo apoyo de los grandes fue su lastre, porque en el lado contrario se le percibió como el candidato del “statu quo”; otro suizo que fue fiel hasta el último momento a Michel Platini, ilustre imputado junto al ex presidente del ente rector del fútbol mundial, Joseph Blatter.
Para desmentir esa sensación, Infantino acometió una extenuante campaña que comenzó en El Cairo y concluyó en Robben Island, en la cárcel donde estuvo preso Nelson Mandela, y que le llevó a dar “cinco veces la vuelta al mundo”, en palabras suyas.
Prometió un secretario general africano y se declaró “sudamericano”, ante la Conmebol, cuando las dudas de Brasil amenazaban con romper la unanimidad de la confederación a favor suyo.
Ahora, Infantino tiene por delante la tarea de llevar a buen puerto la mayor reestructuración que ha sufrido la FIFA en toda su historia, unos cambios que deben acallar las críticas de corrupción, que deben apagar el fuego encendido entorno a la elección de Rusia 2018 y Qatar 2022 y que, de forma casi inmediata, deben volver a atraer patrocinadores, porque la FIFA ya anunció que cerró el 2015 con pérdidas, por primera vez desde 2002.
SECCIÓN: Deportes
AUTOR: Juan Francisco Fernández
FUENTE: EFE / Triunfo