En entrevista con el periódico Encuentro, del Arzobispado de Santiago, se le consultó por qué el Vaticano no entrega el informe a la justicia y lo hace público, a lo cual señaló que “la respuesta es muy simple. Porque la documentación y testimonios que yo recibí de tantas personas que me entregaron su confianza en Chile -en la segunda misión en particular- respondía a que la información iba a ser dirigida directamente al Santo Padre”.
“Ésta era la intención y deseo de las personas con las que nosotros nos encontramos en Chile. Yo consigné toda la información al Papa y estoy convencido de que él respetará la voluntad de estas personas, que tuvieron fe en él. Sin perjuicio de lo anterior, animo a todas las personas que así lo deseen, a que entreguen sus antecedentes a la justicia chilena”, añadió.
Acerca de la relación entre la Congregación de la Doctrina de la Fe (CDF) y la Fiscalía chilena, señaló que “en general la CDF no tiene relación directa con los investigadores civiles. Ellos tienen que hacer sus requerimientos a la Secretaría de Estado, que es la autoridad de la Santa Sede que tiene en sus manos las relaciones internacionales”.
“Tenemos disponibilidad para colaborar, pero la cosa que yo siempre he dicho a todas las fiscalías -no sólo a la de Chile- es que los requerimientos que hagan sean puntuales, tramitados a través de los canales específicos y con la formalidad correspondiente”, agregó.
También se le preguntó sobre la situación del “Caso Maristas”, a lo que solo respondió que “el Papa concedió al CDF la competencia de ver los casos que se refieren a algunos de los maristas de Chile. Existe una gran cooperación y ayuda de parte de los responsables de la investigación”.