En Chile, las personas padecen de un sistema notarial que exige trámites innecesarios y onerosos.
La figura de un sistema que debe certificar la Fe Pública existe en países donde es necesario corroborarla para un funcionamiento que entregue credibilidad al solicitante. Sin embargo, la exacerbación de este tipo de actos jurídicos se ha llevado al absurdo, como cuando una persona tiene que justificar su nacimiento o su supervivencia, solicitud imprescindible hecha a veces por el mismo Estado para iniciar un trámite.
Son cerca de 30 las propuestas legislativas que han intentado reformar el sistema notarial, y ninguna ha pasado del primer trámite. Para evitar que estos proyectos prosperen, se han esgrimido una serie de razones que se repiten majaderamente, como una consigna o slogan de que se pondría en riesgo la fe pública.
De hecho, lo que se pone en riesgo cuando nos enfrentamos a la rutinaria y cronofágica necesidad de “firmar ante notario”, es la credibilidad de todo un sistema que actualmente aumenta la suspicacia ciudadana, de que los que se oponen a una reforma integral solo defienden sus bicentenarios privilegios.
Es de esperar que este nuevo intento de “desnotarizar la vida de los chilenos” esta vez tenga un final feliz y no pase a engrosar las filas de una nueva frustración.
. Stefan Larenas Riobó, presidente ODECU.