América Latina se mantiene como la región más peligrosa para los activistas del medioambiente, registrando el 60% de las muertes en el 2016, el año más sangriento de la historia para los defensores de la tierra, según un informe publicado hoy por la ONG Global Witness.
Los países con mayor número de asesinatos en la región, según el informe, fueron Brasil, que se mantiene como el país más mortífero por el número de muertes (49), mientras que Nicaragua (11) se convirtió en el peor lugar per cápita del año.
Honduras (14) continúa como el lugar más peligroso per cápita durante la última década (127 desde 2007), y en Colombia los homicidios registrados alcanzaron un máximo histórico (37), “ya que las áreas que previamente estaban bajo control guerrillero ahora son observadas con codicia por compañías extractivas y paramilitares”, indicó Global Witness.
Jakeline Romero, líder de los indígenas Wayúu y activista por los derechos de las mujeres y pueblos indígenas, afirmó que se ha enfrentado a amenazas e intimidaciones luego de denunciar los abusos cometidos por paramilitares y poderosas corporaciones en La Guajira (noreste de Colombia), como las que operan en la mina de carbón el Cerrejón, Glencore, BHP Billiton y Anglo-American.
En 2014 cuando Cerrejón solicitó permisos para desviar parte del río Ranchería, principal fuente de agua de los Wayúu, Jakeline alzó la voz contra los planes de la compañía y el acoso y las amenazas aumentaron, según Global Witness.
“Nos sentíamos vigilados, la gente preguntaba ¿Qué están haciendo estas mujeres? ¿Quién coordina las cosas? ¿Quién es esa Jakeline Romero?”, dijo la activista.
Nicaragua que, con sus 11 asesinatos en 2016, se convirtió en el país más peligroso del mundo per cápita, ha sido centro de atención por la oposición de sus activistas ambientales a la construcción de un canal interoceánico que el Gobierno de Daniel Ortega otorgó mediante una ley de concesión por 100 años a la empresa china Hong Kong Canal Development Group (HKND).
Francisca Ramírez activista opositora del canal, asegura que ha sido amenazada, agredida y arrestada por oponerse a este proyecto. Según Global Witness, en octubre pasado, uno de sus hijos fue golpeado por hombres en uniforme militar y más de un centenar de manifestantes ha sido encarcelado.
Esto, sumado a la ocupación de los territorios indígenas y “usurpación de los recursos naturales en el sur del país”, son las principales causas del flagelo que viven los defensores, según la abogada y fundadora del Centro por la Justicia y Derechos Humanos de Nicaragua, Lottie Cunningham.
“El conflicto (de los territorios en el sur) inició en 2007, pero se nos vino los primeros asesinatos en 2011, desde entonces ha habido 32 indígenas asesinados, 44 lesionados, 22 secuestrados y actualmente 4 indígenas desaparecidos, todo en defensa de sus territorios” dijo Cunningham a Efe.
En el caso de Brasil, Global Witness afirma que, con sus 49 muertes en 2016, año tras año es el país más peligroso en términos de números absolutos.
“La industria maderera estuvo vinculada a 16 asesinatos, mientras que los terratenientes fueron los presuntos autores de muchos asesinatos en el Amazonas y el Gobierno ha revertido la legislación ambiental y debilitado a las instituciones de derechos humanos”, agregó el informe.
Los otros países en los que se registraron asesinatos a defensores del medioambiente fueron Guatemala (6), México (3) y Perú (2).
Los países con mayor número de asesinatos en la región, según el informe, fueron Brasil, que se mantiene como el país más mortífero por el número de muertes (49), mientras que Nicaragua (11) se convirtió en el peor lugar per cápita del año.
Honduras (14) continúa como el lugar más peligroso per cápita durante la última década (127 desde 2007), y en Colombia los homicidios registrados alcanzaron un máximo histórico (37), “ya que las áreas que previamente estaban bajo control guerrillero ahora son observadas con codicia por compañías extractivas y paramilitares”, indicó Global Witness.
Jakeline Romero, líder de los indígenas Wayúu y activista por los derechos de las mujeres y pueblos indígenas, afirmó que se ha enfrentado a amenazas e intimidaciones luego de denunciar los abusos cometidos por paramilitares y poderosas corporaciones en La Guajira (noreste de Colombia), como las que operan en la mina de carbón el Cerrejón, Glencore, BHP Billiton y Anglo-American.
En 2014 cuando Cerrejón solicitó permisos para desviar parte del río Ranchería, principal fuente de agua de los Wayúu, Jakeline alzó la voz contra los planes de la compañía y el acoso y las amenazas aumentaron, según Global Witness.
“Nos sentíamos vigilados, la gente preguntaba ¿Qué están haciendo estas mujeres? ¿Quién coordina las cosas? ¿Quién es esa Jakeline Romero?”, dijo la activista.
Nicaragua que, con sus 11 asesinatos en 2016, se convirtió en el país más peligroso del mundo per cápita, ha sido centro de atención por la oposición de sus activistas ambientales a la construcción de un canal interoceánico que el Gobierno de Daniel Ortega otorgó mediante una ley de concesión por 100 años a la empresa china Hong Kong Canal Development Group (HKND).
Francisca Ramírez activista opositora del canal, asegura que ha sido amenazada, agredida y arrestada por oponerse a este proyecto. Según Global Witness, en octubre pasado, uno de sus hijos fue golpeado por hombres en uniforme militar y más de un centenar de manifestantes ha sido encarcelado.
Esto, sumado a la ocupación de los territorios indígenas y “usurpación de los recursos naturales en el sur del país”, son las principales causas del flagelo que viven los defensores, según la abogada y fundadora del Centro por la Justicia y Derechos Humanos de Nicaragua, Lottie Cunningham.
“El conflicto (de los territorios en el sur) inició en 2007, pero se nos vino los primeros asesinatos en 2011, desde entonces ha habido 32 indígenas asesinados, 44 lesionados, 22 secuestrados y actualmente 4 indígenas desaparecidos, todo en defensa de sus territorios” dijo Cunningham a Efe.
En el caso de Brasil, Global Witness afirma que, con sus 49 muertes en 2016, año tras año es el país más peligroso en términos de números absolutos.
“La industria maderera estuvo vinculada a 16 asesinatos, mientras que los terratenientes fueron los presuntos autores de muchos asesinatos en el Amazonas y el Gobierno ha revertido la legislación ambiental y debilitado a las instituciones de derechos humanos”, agregó el informe.
Los otros países en los que se registraron asesinatos a defensores del medioambiente fueron Guatemala (6), México (3) y Perú (2).