Los habitantes del Barrio Rondizzoni, en el centro de Santiago, mostraron su desacuerdo con el proyecto de construcción de una nueva cárcel de alta seguridad, una iniciativa anunciada por el Presidente Gabriel Boric.
Aunque las autoridades aún no han confirmado el lugar exacto del futuro complejo penitenciario, rumores indican que podría situarse junto a un terreno militar, cerca de la ex Penitenciaría y la actual cárcel de máxima seguridad.
La comunidad local expresó su firme oposición al proyecto. Señalan que los centros penitenciarios existentes ya les causan “numerosos problemas de convivencia con la población flotante”.
Entre los problemas citados debido a la cercanía de las cárceles están la “suciedad de calles, riñas, fuegos artificiales, asaltos y mafias de comerciantes”.
Subrayan que, a pesar de repetidas quejas, “el problema nunca ha sido subsanado”.
“Este es un barrio residencial, con escuelas cercanas que acogen a menores de edad y muchos vecinos mayores que ya no toleran más inseguridad”, declararon los residentes.
Concluyen diciendo que “sin consultar a los vecinos, se pretende instalar un recinto que claramente aumentará los problemas en la vida cotidiana de las residentes, comprometiendo la seguridad y el bienestar de la comunidad”.