Actores encabezados por Esperanza Silva, escritores como Raúl Zurita, cineastas representados por Cristián Galaz y otros representantes de las artes y la cultura habían citado a la prensa para exigir al Presidente de la República la renuncia de Rojas.
Cuando estaban expresando sus razones para esta demanda, principalmente por lo que calificaron como negacionismo de Rojas a las brutales violaciones a los Derechos Humanos durante la dictadura, les llegó la noticia de que el ministro había dimitido.
La intención de los representantes del mundo de la cultura era llamar a no participar en ninguna de las actividades de Rojas, es decir, a boicotear sus actividades oficiales, lo que hacía insostenible su permanencia en el cargo.