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REPORTAJE | La lucha de los vecinos de Camino a Farellones contra el “zar de las aguas”

Desde el kilómetro 6 al 8 de dicha ruta de Lo Barnechea se construyó una planta hidroeléctrica que pertenece a Electro Austral Generación, cuya propiedad es del empresario Isidoro Quiroga, dueño de una serie de derechos de agua a lo largo de Chile.
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Destrucción de la vegetación, intervención del cauce del río Mapocho y molestos ruidos durante las 24 horas del día son algunas de las denuncias que realizan los vecinos del Camino a Farellones en contra de la Hidroeléctrica Arrayán, que comenzó a funcionar hace pocas semanas.

La planta, que tiene una capacidad de generación de 1,2 MW que se inyecta al Sistema Interconectado Central (SIC), fue construida desde el kilómetro 6 al 8 del Camino a Farellones y pertenece a Electro Austral Generación, propiedad del empresario Isidoro Quiroga, conocido como el “zar de las aguas” por acaparar derechos de agua a lo largo de Chile y con los que ha amasado parte su fortuna, según una investigación de Ciper Chile.

“Tiene proyectos en todos lados, es una persona que se apoderó de las aguas. Nos opusimos al proyecto y presentamos recursos en la Dirección General de Aguas (DGA), en la Municipalidad de Lo Barnechea, en el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) y nada funcionó. Finalmente se siguió construyendo esta planta que es muy pequeña, pero que destruyó toda la ladera sur del río Mapocho”, de ese sector, según denunció a La Nación Armando Aldunate, presidente de la Corporación de Vecinos Camino a Farellones.

Agregó que la empresa “dijo que no iba a producir daño, contaminación, ruido y que visualmente estaría todo bien, pero al final fueron puras chivas, porque finalmente pasó lo que pensábamos que iba a pasar: la planta secó el río Mapocho en todo ese tramo y el ruido que emite la turbina molesta a un montón de vecinos”. Acusó que en este tema “ha habido una desidia absoluta por parte de la municipalidad, del SEA y la DGA”. Uno de los vecinos más afectados es Javier Arentsen, quien vive a 150 metros de la planta y aseveró a La Nación que “prometieron que la sala de máquinas estaría en una parte y al final la ubicaron en otro lugar, dijeron que no iban a intervenir el río y lo hicieron, dijeron que no iban a secar el río y lo hicieron. Nunca nos avisaron que iban a hacer un botadero de más de 70 mil metros cúbicos en tal parte y lo pusieron, y no está aprobado por ningún estamento del Estado”. Añadió que “recién se está destapando el tema de que esta empresa no fue muy transparente desde un principio” y argumentó que dicha hidroeléctrica se construyó “dentro de una preservación ecológica y en el Parque Metropolitano del río Mapocho”.

DGA APROBÓ LA CONSTRUCCIÓN DE LA PLANTA

Ante las acusaciones de los vecinos, realizamos las consultas respectivas a la Dirección Regional de Aguas (DGA), que informó a nuestro medio que tramitó “tres procesos de fiscalización durante el 2017, iniciados mediante denuncias en contra de la Hidroeléctrica Arrayán Spa., de las cuales dos fueron realizadas por un particular y la tercera por la Junta de Vigilancia de la primera sección del río Mapocho”.

Agregó que todos los procesos de fiscalización se resolvieron y respondieron conforme a derecho, luego de que funcionarios se dirigieran al lugar para constatar los hechos. “De las tres denuncias recibidas, la DGA acogió dos por intervención al cauce del río Mapocho, ya que la aprobación de la construcción de la bocatoma se realizó en noviembre de 2017 y las denuncias se realizaron en abril y octubre del mismo año, lo que se tradujo en una infracción al Código de Aguas correspondiente a la modificación de cauce sin la previa autorización de la DGA”, afirmó.

Dichos antecedentes se enviaron a la Corte de Apelaciones de Santiago para que aplique la multa correspondiente, según dispone la ley “y que tenía un máximo de 20 UTM al momento de la tramitación del expediente, sin perjuicio de las responsabilidades civiles y penales”.

Precisó que “la DGA aprobó la construcción de la bocatoma de acuerdo al proyecto presentado. Luego, viene la recepción para corroborar que la planta esté acorde con el proyecto original, luego de haber ido a terreno, emitiendo una resolución”. “Por lo tanto, no es efectivo que la DGA no haya actuado al respecto, sino que cumplió de acuerdo a sus atribuciones vigentes a la fecha de la denuncia”, aseguró la entidad a La Nación. Mientras que la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) informó al diario que a inicios de 2017 se ingresó una denuncia en contra de Arrayán, pero “se respondió que la SMA no es competente”. “Mediante el Ordinario 872, la SMA envió los antecedentes al alcalde Felipe Guevara de Lo Barnechea, explicando que se tomó conocimiento de la denuncia, pero dicha central no ingresó al SEIA (Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental) en forma previa a su ejecución, debido a que mediante R.E. 0496 del 4 de septiembre de 2015, el Servicio de Evaluación Ambiental resolvió la consulta de pertinencia de la empresa, habiéndose señalado que el proyecto Mini Central Hidroeléctrica de pasada El Arrayán no requiere ingresar obligatoriamente al SEIA en forma previa a su ejecución”, detalló.

LA RESPUESTA DE LA EMPRESA

Diario La Nación se comunicó con la empresa en reiteradas ocasiones, pero ningún representante quiso referirse a la polémica. Sin embargo, entregaron un comunicado a otros medios, señalando, entre otras cosas, que “la Minicentral Hidroeléctrica Arrayán cuenta con todos los permisos requeridos para su construcción y operación”. Electro Austral Generación agregó que los vecinos “tuvieron conocimiento del desarrollo del proyecto mucho antes de su construcción y en base a sus comentarios es que se realizaron cambios sustantivos al diseño como fueron la ubicación de la casa de máquinas, soterramiento de las turbinas en cinco metros bajo el nivel de suelo, modificación trazado de tuberías y del trazado de línea de transmisión para que la afectación hacia los vecinos y medio ambiente sea la menor posible”.

Aclaró que la planta “no está diseñada para acumular agua, sino que ésta es devuelta al río en la mismas condiciones en que es captada y no existiendo una represa, consumo ni almacenamiento tal como se ha mencionado”.

“En virtud de los antecedentes expuestos hacemos notar que la información transmitida es errónea e infundada, con una abierta mala intención, sobre la cual, no podemos más que lamentar que en base a información parcial y tergiversada nos veamos envueltos en una polémica social y que como consecuencia hayamos sido víctima de vandalismo y amenazas extremas de llamar a destruir o dinamitar una obra que cuenta con todos los permisos y que fue realizada en conocimiento de la comunidad afectada”, añadió.

MUNICIPALIDAD NO DESCARTA ACCIONES LEGALES

La Municipalidad de Lo Barnechea aseguró a La Nación que sí están preocupados por la situación que viven los vecinos del Camino a Farellones. Al respecto, la titular de la Dirección de Medio Ambiente, Aseo y Ornato de la comuna, Victoria Álamos, explicó que “efectivamente nos han llegado todas las denuncias que las tomamos muy seriamente, más allá de que en este caso en particular han sido bien pocas o casi nulas las competencias que hemos tenido”.

Subrayó que como municipalidad, en su momento “oficiamos al SEA cuando empezaron a trabajar en la planta y nos indicó que efectivamente habían ingresado la pertinencia y que había determinado que no correspondía hacer ningún estudio. También oficiamos en su oportunidad a la DGA y dijo que la planta sí tenía las autorizaciones pertinentes para trabajar dentro del cauce, autorizaciones que habían sido presentadas apropiadamente para ejercer los derechos de agua que ellos tenían”.

Álamos añadió que, a su vez, “la SMA también nos dijo que no era de su injerencia, porque es del SEA y la DGA”. “Lo único que ingresó a la municipalidad fue el permiso para la instalación de faenas, donde se le pidió a la empresa todas las cosas que se solicitan habitualmente y que dictamina la ley para este tipo de casos. Dieron cumplimiento con todo y más allá no pudimos hacer”, manifestó la directora de Medio Ambiente de Lo Barnechea.

Sin embargo, tras las denuncias de los últimos días, luego del inicio de las operaciones de la planta, Álamos dijo que “fuimos a revisar y efectivamente vimos cómo había bajado el cauce. Nuevamente oficiamos a estos dos servicios (DGA y SEA) para ver sí, en esta ocasión, logramos alguna respuesta para que vengan a supervisar” a la hidroeléctrica.

En relación al problema del ruido de las turbinas que molesta a los vecinos, la directora dijo que “ya le avisamos a la SMA que los vamos a oficiar por el tema, porque

durante la construcción no habíamos tenido este problema”.

Respecto a la destrucción de vegetación también Lo Barnechea realizará acciones. “Durante la etapa de construcción también oficiamos a la Conaf para que inspeccionaran el lugar. La verdad es que no hemos tenido retroalimentación de parte de ellos, por lo tanto vamos a tener que volver a insistir para saber qué es lo que ha sucedido, qué acciones tomaron y pedir que nuevamente fiscalicen”. Victoria Álamos no descartó que la municipalidad realice más acciones. “Es un tema de preocupación del alcalde Felipe Guevara. Durante el concejo se conversó el tema y quedaron de estudiar la posibilidad de ver qué acciones legales podemos realizar y en qué marco legal”, afirmó.

Mientras tanto, los vecinos de la Hidroeléctrica Arrayán tendrán que armarse de paciencia para soportar las molestias de la planta.

ASÍ SE ESCUCHAN LAS TURBINAS DE LA PLANTA

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