Esta salida del número dos de la compañía ocurre después de una serie de dificultades para Uber que cuentan denuncias de acoso sexual, fuga de cerebros y el reciente papelón de Travis Kalanick perdiendo la calma ante uno de los socios conductores de la empresa avaluada en 70 mil millones de dólares.
Según informa el portal de noticias tecnológicas Recode y el diario The Wall Street Journal, Jones ya había manifestado su insatisfacción con las estrategias de la compañía. Parte de ese desencanto fue dado a conocer en su despedida publicada en Recode: “Está claro ahora, sin embargo, que las creencias y el enfoque hacia el liderazgo que han guiado mi carrera son inconsistentes con lo que vi y experimenté en Uber, y ya no puedo seguir como presidente del negocio de viajes compartidos”, dijo.
La compañía con sede en San Francisco ha enfrentado críticas por las revelaciones sobre una cultura sexista y el uso encubierto de un software para que sus vehículos evitaran los controles policiales. Por otro lado, Kalanick tuvo que renunciar abruptamente a un consejo asesor del presidente Donald Trump después de una campaña de boicot de consumidores, preocupados porque aconsejaba a un gobernante con valores divergentes.
Tras la partida de Jones, Kalanick envió un correo electrónico a sus usuarios en el que lamentó las declaraciones del ex presidente y agregó sus “intenciones de contratar a un nuevo jefe de operaciones” ya que “Jeff llegó a la dura conclusión de que no veía futuro en Uber”.