La Empresa Puerto Valparaíso rechazó la idea de que los pescadores de la exCaleta Sudamericana se instalen temporalmente en el muelle Barón, a la espera de que se les habilite un lugar de trabajo definitivo.

Esta opción se conversó el pasado viernes, cuando los trabajadores marítimos viajaron a Santiago para sostener una reunión con el ministro de Economía, Lucas Palacios, y otras autoridades.

En ese encuentro se llegó al siguiente acuerdo: un bono de $450.000 por cada pescador y el establecimiento de un nuevo sector donde poder laborar, el cual se ubicará entre la playa Las Torpederas y el muelle Prat.

El presidente del sindicato de pescadores, José Urrutia, había señalado durante este lunes que el gobernador Rodrigo Mundaca “iba a hacer las gestiones el lunes con EPV (Empresa Portuaria Valparaíso) para que nos pase el sector Barón”, algo que finalmente habría tenido una respuesta negativa.

En ese sentido, los afectados no descartaron realizar nuevas manifestaciones. La semana pasada, se registraron protestas con un tono algo violento, con instalación de barricadas y enfrentamientos con fuerzas de seguridad que terminaron incluso con algunos trabajadores heridos por proyectiles.

Felipe Olea, abogado de los pescadores, entregó más detalles respecto de este rechazo: “Ofreció como opciones la playa San Mateo o el sector de Tornamesa de Barón, cercano al muelle. Sin embargo, nuestros representados van a rechazar ambos lugares, toda vez que la habilitación de la playa San Mateo o Tornamesa se estima que se demoraría tanto como la construcción de la caleta definitiva”.

En tanto, los locatarios del Muelle Barón, argumentaron a través de una misiva a diversas autoridades municipales y regionales, que la instalación temporal de los trabajadores es “incompatible y riesgosa”.

“Los usos combinados con la actividad pesquera del ya reducido espacio en Muelle Barón son absolutamente incompatibles, no solo por capacidad del espacio físico tanto en agua como en tierra, sino también por el tipo de actividades que desarrollamos, las cuales pondrían en riesgo a quienes las practican, dado el movimiento y dinámica propia de la actividad pesquera artesanal”, explicaron.