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Psicóloga clínica explica la diferencia entre un pirómano y un incendiario

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Denisse Teillery, psicóloga experta en intervención en situaciones de desastre, distingue el rol de una persona víctima de un trastorno y quienes provocan el fuego intencionalmente. “La persona incendiaria no lleva a cabo la acción como efecto de un impulso, no sufre el descontrol del pirómano quien lleva a cabo su compulsión. Al contrario, es un acto voluntario en el que busca obtener un beneficio personal, económico, social u otro”, remarca. Entrega además algunas pistas sobre la relevancia de la ayuda a las víctimas del fuego después del incendio.




La específica rama de la psicología de emergencias y desastres cuenta en Chile con un terreno fértil para ejercer su campo tanto en víctimas como para atender las necesidades y conductas de quienes trabajan en equipos de rescate o la gestión en éste ámbito. Al menos desde el 2004 la Sociedad Chilena de Psicología en Emergencias y Desastres (Sochped), trabaja en la intervención antes durante y después de estos casos extremos.

Denisse Teillery, psicóloga clínica y experta en intervención en crisis, es secretaria general de la Sochped, diplomada en Gerontología Social y entrenada en terapia EMDR. También comparte currículum como profesional de enlace en el Hospital de Urgencia Asistencia Pública Dr. Alejandro del Río (ex Posta Central).

Explica que esta corriente de la atención en salud mental nacida después de la Primera Guerra Mundial, y que se ocupa de la conducta humana y su reacción a antes durante y después de las emergencias como guerras, desastres sociales, bélicos y naturales, tiene una pertinencia particular en Chile. En momentos en que los incendios forestales arrasan con el bosque natural y de cultivo, el escenario de un territorio asediado también por terremotos, tsunamis o inundaciones exige –junto a sus víctimas- la preparación de este tipo de profesionales.

En ese sentido, Teillery aclara que, en el tratamiento de la tragedia forestal, no se ha sido riguroso con la genuina definición de quienes, eventualmente, estarían detrás de los focos provocados por la participación humana. “Creo que hay que ser más cauteloso cuando se habla de ‘pirómanos’ en los medios porque esto reviste una situación muy delicada. En primer lugar no se ha realizado una diferenciación con el carácter del ‘incendiario’ que es algo de lo que se distingue absolutamente ya que el pirómano sufre un trastorno de salud mental, mientras que el segundo tiene una motivación intrínseca desde lo consciente que puede ser la voluntad o un beneficio en la provocación del fuego”, describe.

Imagen foto_00000006Agrega que la persona incendiaria no lleva a cabo la acción como efecto de un impulso, no sufre el descontrol del pirómano quien lleva a cabo su compulsión. Al contrario, es un acto voluntario en el que busca obtener un beneficio personal, económico, social u otro. Este es el caso, por ejemplo, del encapuchado que lanza un artefacto incendiario a la fachada de un edificio motivado por una ideología, el autor de una quema de pastizales que se sale de control o un antisocial que pretende causar daño deliberadamente a través de la destrucción.

“El pirómano no tiene como objetivo causar daño sino más bien expresar su angustia y su ansiedad mediante la creación de incendios. Tampoco tiene una motivación racional ni ganas de ser descubierto o reconocido”, asegura Teillery. “Necesita un apoyo de carácter especializado, apoyo sicológico y siquiátrico ya que muchas veces esto se transforma en un problema. Aunque a nivel mundial total, hay menos de un 1% de personas con un trastorno de este tipo”, dice.

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SUFRIMIENTO ASOCIADO AL TRASTORNO

– ¿A través de qué actos se expresa la piromanía en estas personas?
-Generalmente las personas suelen demostrar un sufrimiento asociado a este trastorno. Empiezan desde muy pequeños realizando ciertos comportamientos como generar pequeños incendios en objetos cotidianos como almohadones y cortinas para reducir sus niveles de angustia, pero en ningún caso buscan generar un daño a su familia o su hogar. El inicio de un trastorno tiene que ver con la temprana infancia. El pirómano no tiene muchas veces control de su actuar pero lo sigue haciendo pues es una compulsión en términos médicos. Un trastorno de la salud mental.

– ¿Al tratarse de una patología, un pirómano podría ser inimputable?
-Obviamente cada caso es particular y va a un peritaje porque no se puede resolver nada sin los estudios respectivos sobre la persona. Una imputabilidad se evalúa específicamente, pero hay que saber que alguien que tenga una pérdida de juicio sólo puede acreditarse cuando hay una investigación y responsabilidad de los peritos para saber si se cumple con ese criterio. Mediáticamente hay una gran responsabilidad también.

Imagen foto_00000001– ¿Cómo influyen los medios de comunicación en la salud mental de las víctimas de estos incendios forestales?
-En momentos de tanta incertidumbre se necesita información clara y respaldada para abordar a la población afectada. No se trata, como ha sucedido, de generar angustia y un mayor perjuicio con el encarnizamiento mediático.Se han mostrado imágenes que impactan y que muchas veces no tienen razón para ser emitidas, en ocasiones no se ha mantenido el resguardo de muchos de ellos que están en una situación límite y por eso es tan importante aclarar el rol mediático. Por otro lado vemos la gran cantidad de voluntarios que se ha desplegado para ir en ayuda de estas localidades afectadas, lo que es muy bueno.

Imagen foto_00000004Pero no se ha informado sobre lo útil que es una intervención postemergencia. Eso es algo que suele verse muchas veces después de otros eventos como terremotos, inundaciones o incendios como estos. ¿Qué ocurre después con esas personas cuando se van los voluntarios?, ¿quiénes se hacen cargo de esa ayuda?, ¿dónde serán atendidos?.

“Se puede generar un gran nivel de abandono si no manejo de manera crítica estos recursos útiles. Tenemos que ser reflexivos y también críticos sobre si vamos a actuar, cómo vamos a hacerlo para ayudar y sobre cómo asumiremos ese resguardo para otros. Tenemos que asumir qué fortalezas y debilidades tienen estas comunidades afectadas por el fuego y tener una responsabilidad hacia ellas, pero no solamente durante la tragedia ni la salida de ella, sino en el escenario de acompañamiento que sigue”, remarca.


SECCIÓN: País
AUTOR: La Nación
FUENTE: Carlos Salazar
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