En este tiempo de pandemia las personas experimentan distintas emociones, de ahí el que reconocerlas y manejarlas puede ayudar a enfrentar mejor este periodo de inestabilidad, remarca María Amelia Barrera, psicóloga clínica y directora de CentroSol Instituto.
“La incertidumbre de lo que se viene puede levantar muchos sentimientos, de aquellos que evaluamos como negativos. Preocupación, angustia, ansiedad, miedo. Y con ello menor paciencia, menor tolerancia con quienes convivimos o trabajamos, nos enojamos más”, dice.
“Todas estas emociones nos generan respuestas como estar tensos, tener dificultades para concentrarnos, Por lo mismo, nos equivocamos con más frecuencia, pensamos o tenemos una valoración negativa de todo o casi todo. Y la consecuencia de esto es que nos paralizamos, enlentecemos, no medimos bien las oportunidades y las elecciones a tomar. Sufrimos y tomamos decisiones inadecuadas”, apunta.
María Amelia Barrera añade que, contrariamente, “las condiciones óptimas para enfrentar una situación difícil son estar alerta, atento(a), concentrado(a), con la mayor capacidad posible de discriminar, activo(a), rápido(a), reconociendo riesgos y oportunidades, actuando cooperativamente con otros”.
“Te invito a un desafío, tomar esta circunstancia de la pandemia y el aislamiento social como una oportunidad de aprender de ti mismo y aprender a regular tus emociones. Se puede, no es fácil, pero sí se puede”, afirma.
La psicóloga entrega algunas sugerencias:
–Pensamiento, emociones y comportamiento actúan bajo un principio de congruencia. Tienen la misma valencia afectiva en un contexto. Me explico: piensas que alguien no fue diligente en hacer un trabajo, sientes enojo y tu cuerpo se aprieta. Ello se llama congruencia. Controlar un pensamiento es más fácil que una emoción. Dado este principio de congruencia, si sostienes un pensamiento positivo el tiempo suficiente sentirás como tus emociones se mueven tras ese pensamiento y tu cuerpo se llena de energía.
–Hay palabras que refieren a emociones, por ejemplo paz, confianza, gratitud, conexión, habilidad, capacidad, generosidad . Nuevamente, si repites en tu interior estas palabras un tiempo sostenido, notarás que estas emociones aparecerán en tu día.
-Colaborar con otros son acciones que nos brindan satisfacción. Nos conectamos con experiencias pequeñas, cotidianas, pero significativas.
-Hacer una actividad física, ayuda a que todo nuestro cuerpo se ponga en acción, nos libera de enfermedades, mejora el estado de ánimo, uno se siente con energía. No se necesita hacer muchas horas, media hora diaria es suficiente para que nuestro cuerpo se sienta más sano y activo y nuestro ánimo mejore.
–Mantener contacto con otras personas. El desarrollo de la tecnología nos ha brindado la posibilidad de hablar, ver, escribir a quienes queremos y que están a distancia. Aprovechémosla a nuestro favor.
–Silenciar la mente, meditar, mantener nuestra atención en un solo punto, ejercitando el silencio interior y practicando la atención plena al momento.
La especialista subraya que “somos organismos biológicos, psicológicos y sociales con facilidad para adaptarnos, movernos y cambiar. Podemos decidir quedarnos en la angustia, la rabia, la inmovilidad, o decidir desafiarnos a nosotros mismos, aprovechando esta situación como una oportunidad”.
“Le llamo desafío porque sé que no es fácil, pero tampoco imposible. Y entre quedarnos en la inmovilidad o hacer el esfuerzo de movernos a un mejor estar, es preferible lo segundo, se los aseguro. Se enfermarán menos, tendrán menos problemas en su entorno y con las personas con quien viven. Y cuando lleguen las oportunidades las verán, habrá aumentado su autoconfianza y la seguridad en sí mismos. Terminar una cuarentena y un distanciamiento social así es mucho mejor. ¿Aceptan el desafío?”.
“La incertidumbre de lo que se viene puede levantar muchos sentimientos, de aquellos que evaluamos como negativos. Preocupación, angustia, ansiedad, miedo. Y con ello menor paciencia, menor tolerancia con quienes convivimos o trabajamos, nos enojamos más”, dice.
“Todas estas emociones nos generan respuestas como estar tensos, tener dificultades para concentrarnos, Por lo mismo, nos equivocamos con más frecuencia, pensamos o tenemos una valoración negativa de todo o casi todo. Y la consecuencia de esto es que nos paralizamos, enlentecemos, no medimos bien las oportunidades y las elecciones a tomar. Sufrimos y tomamos decisiones inadecuadas”, apunta.
María Amelia Barrera añade que, contrariamente, “las condiciones óptimas para enfrentar una situación difícil son estar alerta, atento(a), concentrado(a), con la mayor capacidad posible de discriminar, activo(a), rápido(a), reconociendo riesgos y oportunidades, actuando cooperativamente con otros”.
ES POSIBLE EL CAMBIO
La directora de CentroSol Instituto asegura que es posible el cambio.“Te invito a un desafío, tomar esta circunstancia de la pandemia y el aislamiento social como una oportunidad de aprender de ti mismo y aprender a regular tus emociones. Se puede, no es fácil, pero sí se puede”, afirma.
La psicóloga entrega algunas sugerencias:
–Pensamiento, emociones y comportamiento actúan bajo un principio de congruencia. Tienen la misma valencia afectiva en un contexto. Me explico: piensas que alguien no fue diligente en hacer un trabajo, sientes enojo y tu cuerpo se aprieta. Ello se llama congruencia. Controlar un pensamiento es más fácil que una emoción. Dado este principio de congruencia, si sostienes un pensamiento positivo el tiempo suficiente sentirás como tus emociones se mueven tras ese pensamiento y tu cuerpo se llena de energía.
–Hay palabras que refieren a emociones, por ejemplo paz, confianza, gratitud, conexión, habilidad, capacidad, generosidad . Nuevamente, si repites en tu interior estas palabras un tiempo sostenido, notarás que estas emociones aparecerán en tu día.
-Colaborar con otros son acciones que nos brindan satisfacción. Nos conectamos con experiencias pequeñas, cotidianas, pero significativas.
-Hacer una actividad física, ayuda a que todo nuestro cuerpo se ponga en acción, nos libera de enfermedades, mejora el estado de ánimo, uno se siente con energía. No se necesita hacer muchas horas, media hora diaria es suficiente para que nuestro cuerpo se sienta más sano y activo y nuestro ánimo mejore.
–Mantener contacto con otras personas. El desarrollo de la tecnología nos ha brindado la posibilidad de hablar, ver, escribir a quienes queremos y que están a distancia. Aprovechémosla a nuestro favor.
–Silenciar la mente, meditar, mantener nuestra atención en un solo punto, ejercitando el silencio interior y practicando la atención plena al momento.
La especialista subraya que “somos organismos biológicos, psicológicos y sociales con facilidad para adaptarnos, movernos y cambiar. Podemos decidir quedarnos en la angustia, la rabia, la inmovilidad, o decidir desafiarnos a nosotros mismos, aprovechando esta situación como una oportunidad”.
“Le llamo desafío porque sé que no es fácil, pero tampoco imposible. Y entre quedarnos en la inmovilidad o hacer el esfuerzo de movernos a un mejor estar, es preferible lo segundo, se los aseguro. Se enfermarán menos, tendrán menos problemas en su entorno y con las personas con quien viven. Y cuando lleguen las oportunidades las verán, habrá aumentado su autoconfianza y la seguridad en sí mismos. Terminar una cuarentena y un distanciamiento social así es mucho mejor. ¿Aceptan el desafío?”.