La situación provocó que un centenar de viajes fueran anulados en los terminales aéreos de Heathrow y Gatwick, mientras que la prensa británica hablaba de más de 200 retrasos que afectaron a 18.000 pasajeros.
La empresa, propiedad del grupo hispano-británico IAG, tuiteó que su personal estaba disponible para atender a numerosos usuarios frustrados por no tener información de sus vuelos.
“Estos vuelos cuestan una fortuna, se podría esperar algo mejor”, reaccionó en Twitter John Whitehill, un usuario cuyo vuelo fue anulado.
“British Airways está enfrentado a un problema técnico que afecta el registro de pasajeros y las salidas de los aeropuertos de Londres. Comprendemos lo frustrante que es para nuestros pasajeros”, había indicado un portavoz del aeropuerto de Heathrow, consultado por la AFP.