El concepto “democratizar” podría explicarse como el hacer algo accesible a un gran número de personas y promover la participación ciudadana y el empoderamiento, pues existe un vínculo profundo entre la salud y el ejercicio pleno de los derechos ciudadanos. Así pues, la esencia de la democratización radica en la aplicación del principio de ciudadanía, el que postula así mismo la primacía de la persona, a través del ejercicio de sus derechos humanos.
En el corazón mismo de la salud, la democratización implica contar con un sistema de atención cercano a la gente que responda con calidad y respeto a sus necesidades y expectativas, que amplíe sus posibilidades de elección, proteja a toda la población contra gastos médicos excesivos, cuente con instancias sensibles y eficientes para la presentación de quejas e implante mecanismos efectivos para que las personas puedan participar en todas las decisiones que afectan a su salud. Democratizar es, en suma, construir un sistema de, por y para la gente, causa de alta significación en tiempos de elecciones.
Una importante cuestión al respecto es cómo diferenciar las propuestas populistas de aquellas que cautelan la equidad, el uso adecuado de recursos finitos y la focalización en las poblaciones más proclives a enfermar y a morir, todo esto en un clima donde cada persona y ciudadano es autónomo y al que le corresponden deberes de autocuidado y conductas juiciosas en cuanto a la consideración por su vida y salud.
¿Qué elegimos entonces? ¿Comer con equilibrio cuidando el sobrepeso o corchetearnos los estómagos con la cirugía bariátrica? ¿Conducir un vehículo respetando las leyes de tránsito y sin beber alcohol o terminar politraumatizado en una Unidad de Cuidado Intensivo? ¿Hacernos el examen de Papanicolau para pesquisar un cáncer de cuello uterino o someternos a cirugía, radioterapia y quimioterapia sin que desaparezca el riesgo letal?
Estas preguntas las podemos responder como personas, sin embargo el país debe preguntarse qué está dispuesto a financiar y cada candidato debe preguntarse qué prometerá… Nada dependerá del candidato electo si la ciudadanía de verdad no forja el esmero por su propio cuerpo. Lo que debiera estar claro es que no estamos para “ofertones”, pues ante una opción elegida inmediatamente se anulará la otra.
*Dra. Nelly Alvarado es Coordinadora de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad Diego Portales.
https://lanacion.cl/2017/09/15/democratizar-la-salud-en-tiempo-de-elecciones/