La Cámara Chileno Británica de Comercio continúa celebrando sus 100 años de gestión y acompañamiento a las empresas chilenas y británicas interesadas en generar negocios del otro lado del Atlántico. Si bien, el aniversario se conmemora exactamente el próximo 27 de junio, los socios de la Britcham actualizaron relaciones y éxitos en la asamblea celebrada en el Club de la Unión éste miércoles donde se leyó la cuenta pública de la asociación gremial y participó el presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio, Alfredo Moreno, como orador principal.
El tema central de su discurso fue el del rol de la empresa privada en la recuperación de la confianza y el crecimiento. Un llamado que varios de los presentes reconocieron como una característica clave de la Cámara como articulador del éxito. Mérito que también comparte Fiona Clouder, embajadora de Reino Unido, presente también en la mesa de honor. “La Britcham colocada por la embajada británica cumple un importante rol fortaleciendo las relaciones comerciales y la inversión entre Reino Unido y Chile. Es maravilloso ver que cumplen 100 años de existencia y que en ese siglo ha sido un gran actor crucial para facilitar los negocios y relaciones no sólo comerciales sino culturales en Chile”, señaló.
Modestamente, el presidente de la Cámara, Leslie Hemery cree que el secreto para lograr esa vigencia y buena relación con socios centenarios radica en saber escuchar. “Creo que estar atento a esas necesidades y, más bien, escuchar a los socios para poder representarlos en los temas que más les preocupan”, dice sobre asuntos tributarios y de comercio. “El otro lado importante es que muchos son empresarios británicos y la importancia está en poder brindarles un network donde puedan interactuar, conocerse y ganar experiencia de otros empresarios que llevan más tiempo en Chile”, agrega.
Una de estas empresas es la British American Tobacco que se cuenta desde sus inicios en Chile como socio de la gremial (además de la Agencia de Aduanas I.P. Hardy y Cía Ltda y Gibbs & Cía. S.A.C). Josefina Montenegro, gerente de asuntos legales y externos de la tabacalera, destacó el rol como socio estratégico de la Cámara, pero también un trabajo de confianza conjunta que también es tradición.
“La Britcham es un gran aliado con quien hemos trabajado en reiteradas oportunidades. Nos parece que es un muy buen brazo para estar vigentes en la industria, el negocio y el comercio. Puedo decir que su principal valor es el trabajo cercano con sus socios, que es algo que hemos constatado a lo largo de los años, algo que genera confianza para que el comercio crezca y permite juntar a distintos actores relevantes en un entorno de confianza”, reflexiona.
Consultado sobre los próximos 100 años de la Cámara, Hemery realiza una reflexión de economía ficción y especula a mediano plazo con un futuro en el que se fortalezcan los negocios que Chile y Reino Unido tienen en materia de minería, el sector agrícola y los vinos, principalmente.
“En los próximos 10 años, primeramente, estamos muy involucrados en lo que será el tratado de doble comercio entre reino Unido y Chile porque es una situación en la que ambos países pueden ganar. También hay sectores excluidos actualmente que potencialmente podrían traer ganancias para ambos lados como es el caso de la tecnología, la educación y la industria del aceite de oliva, por nombrar alguna. Estas nuevas relaciones son de a un pazo a la vez sobre los cuales ir progresando”, señala el presidente de la Cámara Chileno Británica.
Por su parte, el excanciller Alfredo Moreno hizo un repaso sobre el revolucionario cambio social, industrial y económico de Chile en el último medio siglo. También sobre el trabajo realizado en ese sentido por la empresa privada y en particular por asociaciones como la Britcham que fortalecen vínculos dentro y fuera de chile con el mundo corporativo.
El orador advirtió sobre cómo la iniciativa empresarial, la libertad económica, la confianza en el sector privado, la vigencia de un Estado subsidiario, la disciplina y la apertura comercial y la mejora de las políticas públicas han incidido en un auge que cambió el rostro y el ADN de un país. “Luego de 30 años de progreso, podemos decir que somos la generación más privilegiada de los últimos años. Tenemos el privilegio de ser una clase media que en otros tiempos se medía con un 5% de personas que podían acceder a las universidades, por ejemplo. Hoy somos el país más desarrollado de América Latina”, expresó.
Citó los más recientes indicadores de la ONU sobre Desarrollo Humano que citan a Chile en el puesto número 38 a nivel global. Algo que, si bien es un camino innegable de progreso, también enmarca otras brechas sociales relevantes pendientes, dijo. Recordó a muchos de los jóvenes empresarios presentes que la pobreza actual que según la encuesta CASEN alcanza el 11,7%, en los años 70 llegaba al 50% de la población y que Chile pudo remontar crisis como las de 1973 y las grandes recesiones económicas de los 80.
“Esta generación es la más cercana a vivir en un país desarrollado en toda su historia de 200 años, lo que es un triunfo también desde el punto de vista de una geografía de Chile. Pero no somos un país desarrollado aún y hay muchos chilenos que viven con carencias y una fragilidad que queda de manifiesto como cuando ocurrieron los grandes incendios del pasado verano en la zona central. Sin embargo esta sociedad es la que crece y se desarrolla en conjunto y ayuda de las empresas”, señaló.
Modestamente, el presidente de la Cámara, Leslie Hemery cree que el secreto para lograr esa vigencia y buena relación con socios centenarios radica en saber escuchar. “Creo que estar atento a esas necesidades y, más bien, escuchar a los socios para poder representarlos en los temas que más les preocupan”, dice sobre asuntos tributarios y de comercio. “El otro lado importante es que muchos son empresarios británicos y la importancia está en poder brindarles un network donde puedan interactuar, conocerse y ganar experiencia de otros empresarios que llevan más tiempo en Chile”, agrega.
Una de estas empresas es la British American Tobacco que se cuenta desde sus inicios en Chile como socio de la gremial (además de la Agencia de Aduanas I.P. Hardy y Cía Ltda y Gibbs & Cía. S.A.C). Josefina Montenegro, gerente de asuntos legales y externos de la tabacalera, destacó el rol como socio estratégico de la Cámara, pero también un trabajo de confianza conjunta que también es tradición.
“La Britcham es un gran aliado con quien hemos trabajado en reiteradas oportunidades. Nos parece que es un muy buen brazo para estar vigentes en la industria, el negocio y el comercio. Puedo decir que su principal valor es el trabajo cercano con sus socios, que es algo que hemos constatado a lo largo de los años, algo que genera confianza para que el comercio crezca y permite juntar a distintos actores relevantes en un entorno de confianza”, reflexiona.
Consultado sobre los próximos 100 años de la Cámara, Hemery realiza una reflexión de economía ficción y especula a mediano plazo con un futuro en el que se fortalezcan los negocios que Chile y Reino Unido tienen en materia de minería, el sector agrícola y los vinos, principalmente.
“En los próximos 10 años, primeramente, estamos muy involucrados en lo que será el tratado de doble comercio entre reino Unido y Chile porque es una situación en la que ambos países pueden ganar. También hay sectores excluidos actualmente que potencialmente podrían traer ganancias para ambos lados como es el caso de la tecnología, la educación y la industria del aceite de oliva, por nombrar alguna. Estas nuevas relaciones son de a un pazo a la vez sobre los cuales ir progresando”, señala el presidente de la Cámara Chileno Británica.
Por su parte, el excanciller Alfredo Moreno hizo un repaso sobre el revolucionario cambio social, industrial y económico de Chile en el último medio siglo. También sobre el trabajo realizado en ese sentido por la empresa privada y en particular por asociaciones como la Britcham que fortalecen vínculos dentro y fuera de chile con el mundo corporativo.
El orador advirtió sobre cómo la iniciativa empresarial, la libertad económica, la confianza en el sector privado, la vigencia de un Estado subsidiario, la disciplina y la apertura comercial y la mejora de las políticas públicas han incidido en un auge que cambió el rostro y el ADN de un país. “Luego de 30 años de progreso, podemos decir que somos la generación más privilegiada de los últimos años. Tenemos el privilegio de ser una clase media que en otros tiempos se medía con un 5% de personas que podían acceder a las universidades, por ejemplo. Hoy somos el país más desarrollado de América Latina”, expresó.
Citó los más recientes indicadores de la ONU sobre Desarrollo Humano que citan a Chile en el puesto número 38 a nivel global. Algo que, si bien es un camino innegable de progreso, también enmarca otras brechas sociales relevantes pendientes, dijo. Recordó a muchos de los jóvenes empresarios presentes que la pobreza actual que según la encuesta CASEN alcanza el 11,7%, en los años 70 llegaba al 50% de la población y que Chile pudo remontar crisis como las de 1973 y las grandes recesiones económicas de los 80.
“Esta generación es la más cercana a vivir en un país desarrollado en toda su historia de 200 años, lo que es un triunfo también desde el punto de vista de una geografía de Chile. Pero no somos un país desarrollado aún y hay muchos chilenos que viven con carencias y una fragilidad que queda de manifiesto como cuando ocurrieron los grandes incendios del pasado verano en la zona central. Sin embargo esta sociedad es la que crece y se desarrolla en conjunto y ayuda de las empresas”, señaló.
