Tras el intento de golpe de Estado registrado en Bolivia por parte de una facción de grupos militares, el presidente de esa nación, Luis Arce, removió a todos comandantes en jefe de las tres ramas de las Fuerzas Armadas del país.
El mandatario nombró a José Sánchez Velásquez como máxima autoridad del Ejército, destituyendo así a Juan José Zúñiga, el general que líderó el intento golpista. La ceremonia se realizó al interior de la Casa Grande del Pueblo.
Arce asignó a Gerardo Zavala Álvarez como comandante de la Fuerza Aérea, y a Renán Guardia Ramírez como encargado de la Armada.
El general Juan José Zúñiga abandonó la Plaza Murillo, donde lideró una intentona golpista. Se fue en su tanqueta, los otros motorizados blindados militares también dejaron el lugar.
Zúñiga lideró la toma militar de la Plaza Murillo, su objetivo era ingresar a la Casa Grande del Pueblo, lo cual intentó, pero fue abordado por Arce, quien le ordenó replegarse. Tras ello, el militar se subió a su vehículo blindado.
Allí estuvo hasta que el presidente tomó el juramento del nuevo Alto Mando Militar. Antes Zúñiga había anunciado un nuevo gabinete e incluso que se liberaría a los “presos políticos” encerrados en cárceles por la crisis de 2019.
