“Rojas es uno de nuestros grandes poetas, pero hasta ahora no había sido traducido ni publicado en China”, señaló el embajador de Chile en China, Jorge Heine, durante la presentación de la obra en la embajada chilena.
“El chino mandarín es uno de los idiomas más hablados en el mundo, por lo tanto, esto marca un hito importante”, añadió.
Heine destacó el “importante” vínculo de Rojas con China, país que visitó por primera vez en 1959, cuando tuvo la ocasión de conversar sobre poesía durante un par de horas con el entonces líder chino, Mao Zedong.
“No todo el mundo puede decir eso”, aseguró el diplomático.
Tras aquel primer viaje, Rojas regresó al gigante asiático a mediados de los años 60 invitado por algunas asociaciones de escritores y finalmente se instaló por un año en Pekín en 1970 tras haber sido nombrado agregado cultural por el Presidente Salvador Allende.
El prestigioso hispanista chino, Zhao Zeijiang, fue el encargado de traducir al mandarín los ochenta y ocho poemas de Rojas que conforman esta obra, editada en 3.000 ejemplares, bajo el auspicio de Comercial Press, una de las editoriales más antiguas de China, que cuenta con 120 años de historia.
“Estuve siempre dudando de mí mismo (…) sobre si mis interpretaciones eran correctas o no”, explicó Zhao, quien aseguró que ha sido un trabajo “muy duro” mantener el contenido de las poesías de Rojas.
“Muchas veces pienso que prefiero escribir cinco poemas de Gabriela Mistral que uno sólo de Rojas”, bromeó.
A su vez, Catalina Rojas, nieta del poeta chileno, compartió con la audiencia la primera carta que el escritor le envió siendo ella un bebé de apenas tres meses, por considerarla “un breve texto sin propósito literario alguno, pero que contiene la vibración poética de su palabra”.
Rojas también rememoró el “personal vínculo” de su abuelo con este país y subrayó que el poeta fue “una de las pocas figuras” de Chile que había visitado China cuando ambos países iniciaron sus lazos diplomáticos en 1970.