Martin reitera una advertencia sobre una solución técnica para abordar la evasión que va más allá de perseguir, castigar o crear tecnología para fiscalizar a los infractores. Consciente de que gran parte de esa sangría del Transantiago es decisión del infractor, reconoce también que la falta de infraestructura para cargar la Bip! influye en gran medida en la evasión cotidiana.
“Sin duda hay que facilitar los procesos de pago. Implementar por ejemplo un pago mensual, un mecanismo que mediante la negociación con sindicatos y empleadores permita pagar vía empresa mensual en una tarjeta o por descuento por planilla”, recomienda Martin.
Recuerda exitosas experiencias de redes de metro con un boleto que dura todo el mes o viajes ilimitados por un monto fijo. Incluso las experiencias que se han hecho con la Bip! y los validadores con reconocimiento facial.
“Los viajes infinitos, por un monto fijo, son un caso de éxito ya que si bien puedes viajar cuantas veces quieras, lo cierto es que la gente usa el transporte público principalmente para ir al trabajo y no hay otros desplazamientos extra que generen gran diferencia. Además la percepción es mucho más positiva que la de un torniquete con un policía arriba de la micro”, señala.
Sobre la reciente creación de una Unidad Antievasión creada por el Ministerio de Transportes, el profesor cree que el llamado de este departamento es el de balancear esa fiscalización para enfrentar una de las cifras de evasión más altas del mundo y un mal ánimo, como principales factores.
“El compromiso que hay que lograr de la gente va más allá de fortalecer un sistema punitivo. Hay que facilitarles las cosas. Los pasajeros se han enfrentado también a esa factibilidad técnica de dónde cargar la tarjeta”, reitera.
-¿Qué otros factores culturales no se han considerado, cree usted?
-A la estrategia económica le ha faltado una lectura de las realidades socioeconómicas de la comunidad. Por ejemplo, es bien sabido que la evasión está focalizada principalmente en el sur poniente de la capital. Sector que coincide con la población más pobre y la que cuenta con menos medios y lugares para cargar su pasaje. Esto es algo que puede localizarse geográficamente y que debe declararse en estas políticas.
-El Transantiago ha sido la bandera de muchos discursos políticos recientes. ¿Le parece un buen momento para crear una Unidad Antievasión?
-Me parece bien que se cree una comisión de este tipo, pero es un momento difícil porque está todo el contexto de las elecciones y los discursos de los candidatos que lo usan como bandera de lucha. Es peligroso que transformemos esta gestión del transporte en una forma de castigo de los candidatos y no como un problema real. Ante tanto discurso sobre el gran fracaso, el desastre o menciones según diferentes conveniencias, creo que hay que buscar alternativas más propositivas. Sin embargo a algunos les convendrá enormemente que los niveles de evasión empeoren para golpear al gobierno saliente. Hay que tener mucho cuidado.