La crisis financiera relacionada con la pandemia del nuevo coronavirus podría costar 107 millones de libras (122 millones de euros) a la federación inglesa de rugby, indicó su presidente, Bill Sweeney, ante una comisión parlamentaria.
Por el momento, las pérdidas solo son de 15 millones de libras (17 millones de euros), pero la ausencia de los ‘test-matches’ de otoño (boreal) podría hacer explotar esa cifra al alza, advirtió el presidente de la RFU ante la Comisión Digital, Cultura, Medios y Deportes (DCMS).
Incluso la disputa de esos partidos, pero a puerta cerrada, sería otro factor agravante.
“El 85% de nuestros ingresos proceden de los partidos organizados en Twickenham”, el estadio del que la RFU es propietaria, explicó Sweeney.
“Si la situación debe prolongarse hasta el verano (boreal) del año próximo y si afectara también a los partidos del Torneo Seis Naciones, sería catastrófico para el rugby en Inglaterra”, insistió.
En la comisión parlamentaria también participó Tom Harrisson, dirigente de la Federación de Cricket Inglesa y Galesa (ECB), quien calculó “en el peor de los escenarios”, es decir, que no se pueda volver a disputar un solo partido en lo que resta de año, unas pérdidas “de hasta 380 millones de libras (434 millones de euros)”.
Finalmente, Rick Parry, presidente de la Liga de Fútbol Inglés (EFL), que organiza la segunda, tercera y cuarta división del fútbol inglés, cuyos clubes dependen mucho más de los ingresos por la venta de entradas que los de la Premier League, la disputa de encuentros a puerta cerrada supondría pérdidas, de ahora a finales de septiembre, de 200 millones de libras (230 millones de euros).
“Tenemos muchas incertezas, pero lo más importante es saber cuándo podremos volver a jugar con público, algo que es esencial para la EFL”, argumentó Parry.