Paul Vásquez: “No pierdo el tiempo con el humor político porque los políticos ya superaron a cualquier humorista”
Paul Vásquez se reconoce como un hombre de lágrima fácil. El fin de semana pasado, actuando en Putaendo, un niño se coló en el camarín de “El Flaco” para conocerlo saltándose todo el cerco de seguridad y, aunque quedó feliz, extravió a sus papás en la travesura. “Me vai a hacer llorar a mí también”, decía el comediante tratando de consolar al pequeño fans. Ha sido una temporada de emociones cree el ex “Dinamita Show” que oficia también como rescatista en incendios, catástrofes y –recientemente- en la “Zona Cero” de las inmediaciones de la Plaza Baquedano, lo cual le ha otorgado cierta aura ante una audiencia expectante de su show en solitario.
En la previa de su presentación como el número de humor en el Festival de Viña de la noche de este jueves, Paul Vásquez, aclara algunas dudas a La Nación sobre el rol del comediante como crítico social en la Quinta Vergara y otros festivales donde los cómicos han estado en el ojo del huracán y, en algunos casos, han sido cuestionados por el público por un humor pasado de moda.
“Eso ha sido una lástima en algunos casos porque nosotros solamente somos los bufones de la sociedad y lo único que queremos es entretener al pueblo y nada más. No hay otra pretensión además de querer que la gente lo pase bien y se ría. Si bien pasa con un humor más tradicional, también es una pena que la gente lo relacione con el humor de todos. Nosotros, lo que hacemos humor vamos a seguir en nuestro tipo. Yo, por lo menos, sin denigrar a nadie, sin faltarle el respeto a otros, pero la gente sabe a lo que va y qué hace cada uno. El humor de ‘El Flaco’ no agrede a nadie y sigue por ese lado, pero actualizándose”, explica Vásquez quien ha dicho todo lo que tiene que decir sobre el estallido social, debajo del escenario.
“Mira, yo en general no pierdo el tiempo con el humor político. Eso es que otros colegas hacen excelentemente bien y yo no. Lo mío es otra cosa y eso es lo que el público identifica de mí, así que no les voy a tratar de dar otra cosa. Además, cuando se trata de humor los políticos ya superaron a cualquier humorista”, dice totalmente en serio.
“El Flaco” añade que, como están las cosas, no está con el ánimo de antes. Que su mente no anda creativa, sino más bien preocupada por el cariz que adquiere su trabajo de rescatista, los funerales a los que ha tenido que ir y el panorama que se abre frente al estallido social.
En ese estado más serio del autor de la frase “combos iban y combos venían”, se ha referido a su propia propuesta para refundar Chile desde la igualdad. Contrario a todo tipo de violencia, recuerda hoy que “la Revolución Francesa no se hizo con cartelitos” y que, precisamente, para no escalar en un estallido que ha paralizado al país y que también ha afectado a los humoristas y sus fuentes de trabajo, el único camino es escuchar las demandas de la ciudadanía.
“No estoy pidiendo más violencia, creo que ese no es el camino, sino que escuchen que lo que la gente pide es legítimo: mejor educación, mejor salud, mejores pensiones, sueldos dignos… Es fácil. Escuchen las demandas. Tan simple como eso. Mira a los jóvenes que están en la Plaza de la Dignidad. Son cabros que no tienen nada, ni una cancha de fútbol, ninguna plaza ni áreas verdes y que están ahí aprovechando de manifestarse. Quizás no es la mejor forma, pero no puedes esconder que es gente que saca fuera toda su rabia por pertenecer a familias que han sido postergadas por generaciones. Te digo que esos jóvenes no van a soltar la calle”, reflexiona Vásquez.