El Papa Francisco manifestó este jueves su cercanía con todos los brasileños, ricos y pobres, jóvenes y ancianos, que enfrentan “una de las pruebas más difíciles de su historia” por la pandemia de coronavirus.
En un videomensaje, enviado a los participantes a la asamblea general de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB), que reúne por videoconferencia 485 obispos, el Papa se refirió al dolor y al sufrimiento que azota ese país por la muerte de miles de brasileños.
“Jóvenes y ancianos, padres y madres, médicos y voluntarios, ministros sagrados, ricos y pobres: la pandemia no ha excluido a nadie en su estela de sufrimiento”, dijo.
Desde el inicio de la pandemia, el coronavirus se ha cobrado la vida de más de 360.000 personas en Brasil.
En las últimas semanas, la crisis sanitaria se agravó al punto de dejar 66.000 víctimas del virus solo en el mes de marzo y un promedio de 3.000 muertos diarios en la última semana.
El Papa invitó a los obispos de a acompañar al pueblo que sufre y a dar “consuelo a los corazones afligidos de los familiares, que muchas veces ni siquiera han podido despedirse de sus seres queridos”, dijo.
“La caridad nos urge a llorar con los que lloran y a dar una mano, sobre todo a los más necesitados, para que vuelvan a sonreír”, agregó.
Francisco instó a la iglesia a dejar “sus divisiones y desacuerdos” y a ser “ejemplo de unidad” para superar no sólo el coronavirus, sino también “otros virus que infectan a la humanidad”.