Transcurrido un mes desde que comenzó el año lectivo, estos escolares no han utilizado la vacante que les dio el Sistema de Admisión Escolar (SAE), creado en el gobierno anterior, y que fue criticado porque se traduce en una tómbola en la que participan para quedar en un determinado establecimiento educacional, pero que si ello no ocurre son derivados a otros.
Esta situación, según informó El Mercurio, se replica en 15 regiones del país, siendo Valparaíso la zona con mayor tasa (870 niños) en el listado de alumnos cuyos padres o apoderados voluntariamente no enviaron a sus hijos o pupilos a un colegio.
La titular del Mineduc, aclaró si que los estudiantes en esa situación representan el 2% del total de quienes postularon por el sistema (274.929 estudiantes).
En la seremi de Educación de cada zona se analiza una solución caso a caso, contactando a las familias para entregarles alternativas, como convencerlo que ingresen al colegio asignado y entregarles más opciones de colegios con vacantes.
“Nos ha pasado que, aunque hayan cupos, la familias no quieren matricularlos porque el establecimiento no los satisface. Lo que estamos haciendo es reunirnos con los padres, llamarlos por teléfono”, dijo al diario el seremi de La Araucanía, Juan Luis Salinas.
La autoridad subrayó que hay cupos de sobra, “por lo tanto no es ese el problema. El problema es el establecimiento en el que los padres quieren tener a sus hijos”.
RESPONSABILIDAD COMPARTIDA
El escenario expuesto se constata con las cifras, ya que a nivel nacional hay 257 mil cupos en colegios adscritos al SAE. Por ejemplo en Coquimbo, que es una de las zonas con más niños sin matrícula hay 30 mil cupos.Para el académico de la U. Diego Portales, Gonzalo Muñoz, la responsabilidad no es sólo del sistema. “Es una responsabilidad compartida entre quienes usan el sistema y quienes lo implementan”.
El académico agregó a El Mercurio que lo relevante es el derecho a la educación de los niños y que este “se está poniendo en riesgo por estos problemas de implementación”.
El experto advirtió que “no es responsable seguir insistiendo en que es legítimo no matricular a los niños. No es entendible ni aceptable. Si bien las familias tienen derecho de participar, no tienen derecho a dejar sin educación obligatoria a sus niños”.