Luego que se descubriera la falsificación de pruebas por parte de la policía uniformada para inculpar a mapuches de ataques terroristas, las sospechas recayeron sobre el persecutor que se desempeña en la fiscalía de O’Higgins.
El fiscal nacional Jorge Abbott fue quien ordenó abrir una investigación administrativa en contra del fiscal Sergio Moya Domke, quien, entre otras investigaciones, tramita el denominado caso Caval, que involucra al hijo de la expresidenta Michelle Bachelet, Sebastián Dávalos, y a su nuera, Natalia Compagnon.
Según informó La Tercera, la decisión tiene su origen con la conducta de Moya respecto de reuniones, conversaciones y entrega de información a altos funcionarios de Carabineros justo en la época en que el Ministerio Público descubrió la fabricación de pruebas para inculpar a mapuches de actividades terroristas.
Algunos de los policías, a los que el fiscal de Rancagua prestó una suerte de “asesoría”, hoy tienen calidad de imputados.
Hasta el momento se conoce que Abott decidió abrir el sumario para que se aclare en el ámbito disciplinario si Moya incurrió en una falta al reglamento de responsabilidad administrativa de fiscales.
Lo que obligaría en caso de tener conocimiento de hechos irregulares eventualmente sancionables, a informar de ellos a sus superiores jerárquicos. Moya no habría tenido esa conducta.
Es más, sólo se supo de sus citas con el general director de Carabineros, Bruno Villalobos; el exjefe de Inteligencia general Gonzalo Blu y con el mayor Patricio Marín en enero de 2018.
El 24 de agosto de 2018 Sergio Moya omitió una importante reunión que tuvo con el general Villalobos en medio del caso Huracán.
En un segundo interrogatorio, el jefe regional de Aysén le preguntó de forma directa: “¿Estuvo usted con el general director Villalobos luego de que comenzaran a ser cuestionadas las herramientas utilizadas por la Unidad de Inteligencia de La Araucanía?”. Moya contestó: “Sí”.
Además hay varios testimonios de reuniones entre Moya y Blu, quien estuvo siete meses en prisión preventiva por este caso.
La fiscalía ha podido reconstruir que un día antes de que Blu leyera en una conferencia de prensa en el que criticó al Ministerio Público por no perseverar en la denominada causa Huracán, el entonces jefe de Inteligencia de Carabineros viajó a Rancagua para reunirse con Moya.
El texto fue particularmente duro para la fiscalía -que había tomado esa decisión ante la sospecha de manipulación de pruebas -y fue calificado como “deliberante” por acusar a los fiscales de La Araucanía de amparar a quienes cometían actos de violencia en esa zona.
Blu y Moya eran cercanos, al igual que con el mayor Patricio Marín, quien también estuvo presente. En la cita, que se concretó a las 23:30, según la versión de Moya, “conversamos sobre la prueba que yo había hecho para saber cómo funcionaba la aplicación que interceptaba mensajes (“Antorcha”) y la opinión que tenía sobre esta aplicación, pero al final les dije que si no aclaraban esto tenían cara de imputados, comentario que le incomodó a Blu”.