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Ojo: Obesidad infantil v/s consumo de huevitos de chocolate

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  • Jorge Peña
Mientras la “epidemia de la obesidad” es un tema instalado ya en la opinión pública, situación especialmente preocupante en niños y adolescentes, es que el Domingo de Resurrección nos trae nuevamente la Fiesta del Conejo de Pascua, costumbre tan instaurada como lo es Halloween.

Para quienes tienen niños, más que no sumarse a esta fiesta, la estrategia debe ser evitar el consumo desmedido de chocolates y golosinas, que pueden producir cuadros de indigestión o molestias gastrointestinales, tales como vómitos o diarreas, y, sobre todo, enseñarles a nuestros hijos que la clave está en la ingesta moderada de este tipo de productos.

Casi todos los huevitos de chocolate que se venden en Chile están fabricados con sucedáneos del chocolate, es decir, tienen una mínima cantidad de cacao y leche, pero una gran dosis de grasas saturadas, azúcares, colorantes y saborizantes artificiales.

Así, 100 g de huevitos de chocolate (15 a 20 unidades) aportan unas 590 kcal. Para los preescolares esto equivale a prácticamente la mitad de las calorías diarias necesarias; mientras que para los niños de enseñanza básica corresponde a un tercio de las calorías del día.

Estos chocolates, además, tienen cerca de 40 g de grasas saturadas por cada 100 g de producto y unos 56 g de azúcares de diversa naturaleza. Nada saludable. En este contexto, se aconseja un consumo máximo de 60 g de chocolate para un niño de unos 30 kg.

Los niños con sobrepeso y obesidad, definitivamente, deberían no comerlos, pero si el niño está inmerso en un grupo de pares que consumen la indicación es realizar un consumo mínimo (2 a 3 huevitos de chocolate chicos).

Los padres deben tener ciertas premisas básicas para que sus hijos participen alegremente, pero también de manera saludable en esta fiesta.

No se deben sobrepasar las cantidades aconsejadas: 2g de chocolate por cada kilo de peso; conseguir chocolates con alto contenido de cacao; fraccionar la entrega, dárselos de a poco; no entregarlos en ayunas, porque generan saciedad y el niño no come los alimentos saludables programados en su alimentación diaria.

Además, se debe planificar una sesión de actividad física aeróbica, caminata o bicicleta para el día posterior al consumo de estos productos; no dar chocolates al día siguiente de la fiesta, si quedan huevitos de chocolate desecharlos; preferir huevos huecos y no los sólidos; procurar que la captura de los huevos sea difícil, dispersarlos por varias partes.

Finalmente, alternar el consumo de chocolates con alimentos saludables, frutas y lácteos semidescremados.
  • Jorge Peña Director de la Escuela de Nutrición y Dietética, U. Central
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