En su informe semestral de Perspectivas, publicado este jueves, el organismo redujo además su previsión para 2020 hasta el 2,4%, nueve décimas menos que en su análisis de mayo, y auguró una subida del 3,5% en 2021.
La OCDE estimó que la economía chilena se reforzará en los próximos años de forma gradual gracias a la Reforma Tributaria y a unas condiciones financieras que respaldarán la inversión, mientras se mantiene el consumo interno por el aumento de salarios y bajadas en los tipos de interés.
Estimó también que las tasas de interés irán subiendo conforme la inflación se acerque al objetivo del Banco Central de 3%.
La OCDE consideró además que la política fiscal necesita encontrar un equilibrio entre la necesidad de un mayor gasto social y la prudencia para poder cumplir con las reglas fiscales.
Respecto al estallido social que vive Chile, el llamado “club de los países ricos” sostuvo que una política fiscal sostenible y unos “sólidos cimientos macroeconómicos deberían respaldar el crecimiento pese al impacto negativo” de las protestas en el último trimestre de 2019.
“Sin embargo, las proyecciones están sujetas a una considerable incertidumbre debido a los actuales disturbios. Las causas del estallido deben ser abordadas para impulsar el bienestar de los hogares y fortalecer la confianza empresarial”, sugirió.
Señaló además que, en el peor de los casos, un fracaso o retraso en la implementación de las “necesarias y ambiciosas reformas sociales” debilitaría el crecimiento proyectado, a lo que se añaden factores externos por la tensión y la inestabilidad en la región, que suponen también un riesgo para la economía.