La investigación de Health Metrics and Evaluation y University of Washington publicada este año en The New England Journal of Medicine, mostró que la obesidad infantil en el mundo se ha duplicado en 73 de 195 países desde 1980. El mismo estudio concluyó que nuestro país presenta uno de los diez niveles de obesidad más altos del mundo.
Preocupa que los primeros resultados de la Encuesta Nacional de Salud hayan revelado que la proporción de personas que presentan sobrepeso, obesidad u obesidad morbida subió de 64,4% en 2009-2010 a 74,2% en 2016-2017. Esto se debe a que la obesidad aumentó drásticamente. Las mujeres, las personas entre 50 y 64 años de edad y aquellos con menos de 8 años de educación son los más afectados por esta patología. La obesidad alcanza un 43,2% en el grupo de encuestados con menos años de educación.
Asimismo, la sospecha de diabetes tipo 2 se incrementó de un 9% a un 12,3 % en el periodo 2009-2010/2016-2017. Este incremento fue bastante mayor en mujeres, adultos mayores y las peronas con menos de 8 años de educación, mostrando el efecto de los determinantes sociales de la malnutrición en nuestro país, así como la necesidad de contar con programas de prevención de obesidad con una adecuada focalización.
Desde los años 2000 Chile viene implementando distintas políticas para disminuir la obesidad, pero no contamos con evaluaciones de su impacto, y tampoco ha sido posible generar continuidad y sinergia entre todas las iniciativas. Lo más complejo es que los datos nos muestran que si bien hay muchas políticas con buenas intenciones no estamos haciendo las cosas bien, como ha ocurrido con el consumo de tabaco. El consumo de cigarrillo actual u ocasional disminuyó de un 43,5% a un 33,3% entre los años 2003 y 2017, debido a la existencia de regulaciones que han asegurado ambientes libres de tabaco
Una contribución importante del próximo Presidente de Chile sería el fortalecimiento del sistema intersectorial Elige Vivir Sano, incorporando en este sistema medidas como la Ley de Alimentos, subsidios a frutas y verduras y almacenes saludables en los sectores más vulnerables de la población. El sistema y sus políticas deben orientarse a la construcción de ambientes saludables orientados a disminuir las barreras para que las personas más afectadas puedan tener preferencias y comportamientos más saludables.
*Daniela Godoy es Abogada, Magíster en Políticas Públicas y en Salud Pública por New York University, y actualmente es Académica de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Mayor.