Carabineros informó que un equipo multidisciplinario, similar al que investigó la sustracción de $6.000 millones en el aeropuerto internacional de Santiago cometido en 2014, asumió este martes la indagatoria del nuevo “robo del siglo” perpetrado en la comuna de Independencia el que podría llegar incluso a los $15.000 millones.
Este equipo multidisciplinario está encabezado por el OS9 y también lo integran el Servicio de Encargo y Búsqueda de Vehículos (SEBV) y el Laboratorio de Criminalística de Carabineros (Labocar). La labor de este grupo especializado culminó con la captura de todos los autores del anterior “robo del siglo”, aunque sólo recuperó el 10% de botín.
Las primeras diligencias se enfocaron principalmente en los dos vigilantes privados que estaban en la empresa de transporte de valores Esertval, ubicada en avenida Domingo Santa María 1846, al momento de los hechos. Ambos están siendo intensamente interrogados en dependencias del OS9.
De acuerdo a la versión que entregaron a la policía, uno de ellos salió a comprar cigarrillos a un negocio cercano y al regresar fue interceptado por los delincuentes que lo esposaron junto a su compañero y los encerraron en una oficina. Luego, la banda abrió la bóveda con el método del oxicorte y extrajo el dinero.
El fiscal Centro Norte Mauricio González, quien dirigirá la investigación, dijo que no descarta ni confirma la vinculación de ambos vigilantes con el robo, debido a que se trata de un delito complejo. Añadió que se realizan peritajes para establecer si hubo información que salió de parte del personal de confianza de la empresa.
De acuerdo a lo que se ha establecido hasta el momento, los delincuentes estaban al tanto de que una de las cámaras de vigilancia se encontraba defectuosa, precisamente la que apunta al exterior. En las otras cámaras hay registro de los individuos que actúan enmascarados. Sin embargo, los que interceptaron al primer guardia lo hicieron a rostro descubierto, por lo cual el afectado entregó descripciones a la policía.
Los antisociales también manejaban información específica del interior de la empresa. Incluso tuvieron el descaro de usar los carros tipo supermercado de la misma empresa para trasladar el dinero hacia los vehículos que estacionaron en el frontis. Serían entre cinco y ocho, entre automóviles y furgones. En las últimas horas, dos vehículos fueron abandonados y quemados en la capital y se sospecha que están relacionados con el asalto.
El general Andrés Gallegos Durán, jefe de Zona Metropolitana Oeste de Carabineros, dijo que el vigilante que salió a comprar cigarrillos infringió todos los protocolos de seguridad. Además, informó que “la alarma no funcionó, los vigilantes no se encuentran acreditados ni cumplen con el protocolo de OS10, de la Jefatura de Zona de Seguridad Privada. Carabineros se entera a las 3 de la mañana por un llamado al nivel del 133, ya que los vigilantes estaban pidiendo auxilio desde el interior de la empresa”.
En cuanto a la cantidad definitiva del botín, tanto el fiscal González como el general Gallegos no descartaron que supere con creces los 10.000 millones de pesos informados inicialmente. Incluso podría subir a los $15.000 millones, lo que se conocerá cuando se realice el arqueo total. Se trata del robo más cuantioso de la historia criminal chilena.
Este equipo multidisciplinario está encabezado por el OS9 y también lo integran el Servicio de Encargo y Búsqueda de Vehículos (SEBV) y el Laboratorio de Criminalística de Carabineros (Labocar). La labor de este grupo especializado culminó con la captura de todos los autores del anterior “robo del siglo”, aunque sólo recuperó el 10% de botín.
Las primeras diligencias se enfocaron principalmente en los dos vigilantes privados que estaban en la empresa de transporte de valores Esertval, ubicada en avenida Domingo Santa María 1846, al momento de los hechos. Ambos están siendo intensamente interrogados en dependencias del OS9.
De acuerdo a la versión que entregaron a la policía, uno de ellos salió a comprar cigarrillos a un negocio cercano y al regresar fue interceptado por los delincuentes que lo esposaron junto a su compañero y los encerraron en una oficina. Luego, la banda abrió la bóveda con el método del oxicorte y extrajo el dinero.
El fiscal Centro Norte Mauricio González, quien dirigirá la investigación, dijo que no descarta ni confirma la vinculación de ambos vigilantes con el robo, debido a que se trata de un delito complejo. Añadió que se realizan peritajes para establecer si hubo información que salió de parte del personal de confianza de la empresa.
De acuerdo a lo que se ha establecido hasta el momento, los delincuentes estaban al tanto de que una de las cámaras de vigilancia se encontraba defectuosa, precisamente la que apunta al exterior. En las otras cámaras hay registro de los individuos que actúan enmascarados. Sin embargo, los que interceptaron al primer guardia lo hicieron a rostro descubierto, por lo cual el afectado entregó descripciones a la policía.
Los antisociales también manejaban información específica del interior de la empresa. Incluso tuvieron el descaro de usar los carros tipo supermercado de la misma empresa para trasladar el dinero hacia los vehículos que estacionaron en el frontis. Serían entre cinco y ocho, entre automóviles y furgones. En las últimas horas, dos vehículos fueron abandonados y quemados en la capital y se sospecha que están relacionados con el asalto.
El general Andrés Gallegos Durán, jefe de Zona Metropolitana Oeste de Carabineros, dijo que el vigilante que salió a comprar cigarrillos infringió todos los protocolos de seguridad. Además, informó que “la alarma no funcionó, los vigilantes no se encuentran acreditados ni cumplen con el protocolo de OS10, de la Jefatura de Zona de Seguridad Privada. Carabineros se entera a las 3 de la mañana por un llamado al nivel del 133, ya que los vigilantes estaban pidiendo auxilio desde el interior de la empresa”.
En cuanto a la cantidad definitiva del botín, tanto el fiscal González como el general Gallegos no descartaron que supere con creces los 10.000 millones de pesos informados inicialmente. Incluso podría subir a los $15.000 millones, lo que se conocerá cuando se realice el arqueo total. Se trata del robo más cuantioso de la historia criminal chilena.
