Lorena Rivera, directora ejecutiva del Centro de Estudios de Primera Infancia –CEPI.

Este domingo 28 de mayo se celebró el Día Internacional del Juego. Se estima que durante los primeros años de vida, el 60% del tiempo que los niños y niñas pasan despiertos lo dedican a jugar.

El juego es un derecho fundamental reconocido por la Convención de los Derechos del Niño. En él se sientan las bases para el desarrollo de conocimientos y competencias sociales y emocionales. El juego permite construir identidad, desarrollar la personalidad, forjar vínculos, resolver conflictos y fomentar la imaginación y la creatividad.

Al jugar, se activa la estructura bioquímica del cerebro, promoviendo las conexiones de las neuronas en la corteza prefrontal. Sin experiencia de juego, esas neuronas no maduran.

Lamentablemente, el juego libre e imaginativo ha disminuido en todos los grupos de edad durante las últimas décadas. Razones hay muchas, principalmente relacionadas con el estilo de vida actual: mayor uso de dispositivos electrónicos, menos tiempo de los adultos, espacios públicos menos seguros y una baja conciencia cultural de la importancia del juego encabezan la lista.

En el Día Internacional del Juego, invitamos a reflexionar cómo los adultos pueden jugar más con los niños y niñas. Propiciemos instancias de calidad, a través del juego organizado y el juego libre, que puedan contrarrestar el efecto negativo que tienen las pantallas.

No olvidemos que el juego es esencial para el bienestar emocional y es la mejor forma de aprender. 

Lorena Rivera, directora ejecutiva del Centro de Estudios de Primera Infancia –CEPI.