La distinción de Tesoros Humanos Vivos de UNESCO se entrega a las personas exponentes de saberes, conocimientos y tecnologías -generalmente antiguas- que la comunidad local considera importante resguardar por su valor cultural. Estas personas -con saberes considerados “cultores o cultoras“- son portadoras de conocimientos, técnicas o expresiones que se arraigan en tradiciones culturales propias de una comunidad, reconocidas por su pueblo. Este reconocimiento es una propuesta del organismo internacional a sus países miembros, que el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes implementó en Chile desde 2009.
En el terrible y reciente accidente ocurrido en la región de La Araucanía -cuyo viaje tenía como objetivo realizar un intercambio de saberes en el área de la salud- hubo once fallecidos, algunos de los pasajeros adultos mayores mapuches que eran reconocidos como “componedores de huesos” (ngütamchefe[i]), debido a su capacidad para arreglar huesos en lesiones como fracturas o luxaciones, los que fueron reconocidos en el año 2014 como tesoros humanos vivos por la Presidenta Bachelet y se desempeñaban como agentes de salud en el Centro de Salud Familiar de Tirúa.
En este accidente falleció don Prosperino Huenupil, sabio mapuche o kimche, quien fue parte del sistema de gestión del patrimonio cultural inmaterial del país y participó en la consulta indígena a los pueblos originarios. Prosperino, lonco de la comunidad Comillahue, reconocido profesor de la cosmovisión del pueblo mapuche dentro de la Provincia de Arauco y la Región del Biobío era representante de la medicina mapuche. Como agente de salud realizaba un trabajo intercultural centrado en la sabiduría de la medicina tradicional que se ha mantenido viva en distintas comunidades, logrando enlazarla con el sistema formal de salud. En Julio de este año, en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile participó en la presentación del libro “Lawentuwun Trurwa Mapu Mew, La Salud en el territorio de Tirúa”, retratando la sabiduría de lawentucheves[ii], machi, ngutancheves y puñuñuncheves, y cuestionando la relación de la medicina ancestral con la llegada del sistema de salud occidental.
Prosperino, junto al alcalde de Tirúa, presentó el libro a estudiantes y académicos buscando abrir un diálogo: “El pensamiento de nosotros, de los lawentucheves, quinche y componedores de huesos, cuando nos hemos reunido, es ¿Cómo nosotros logramos que nos entiendan los gobiernos?, que nosotros somos personas muy importantes, porque no habrá médico que sea capaz del sanar el espíritu”.
Desde el sistema de salud de Tirúa y el Programa de Salud Intercultural se busca cambiar la mirada de los profesionales para que puedan comprender formas distintas de buscar el bienestar, ver cuán estática o biomédica está nuestra salud y recobrar la dimensión relacional y la perspectiva de interacción del ser humano con su territorio, que es donde finalmente se produce la protección o la enfermedad. “En nuestra medicina, sabemos que es el espíritu el que enferma al cuerpo y cada vez hay más certezas de esto. En cambio en la medicina tradicional te preguntan ¿Cómo está tu cuerpo? y nunca alcanza el tiempo para preguntar ¿Cómo está tu espíritu?”.
Gracias Prosperino … ¡Newen[iii] Tirúa!
[i] “componedores de huesos” en idioma mapuche (mapudungun) [ii] agente médico, conocedor de las propiedades de las plantas (mapudungun) [iii] “fuerza” en idioma mapuche (mapudungun)
*Dra. Nelly Alvarado es Coordinadora de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad Diego Portales.