“Hemos revocado los permisos de visita de palestinos a Israel que aprobamos por Ramadán y hemos dado instrucciones a la policía para reforzar las medidas de seguridad y los controles alrededor de la Puerta de Damasco”, señaló hoy el primer ministro al comienzo de la reunión con su Gabinete de Gobierno, informó un comunicado.
Además, dijo que las fuerzas de seguridad israelíes “van a demoler las casas” de los atacantes, una medida punitiva que se suma a la ya anunciada de suspender los permisos para residentes en Cisjordania que solicitan entrar a Jerusalén e Israel para visitas familiares.
En total, más de 250.000 permisos han sido revocados, según los datos del Coordinador de Actividades Gubernamentales en los Territorios (organismo militar encargado de gestionar los territorios ocupados), difundidos por Haaretz.
Ayer se produjo un doble ataque con cuchillo y arma automática junto a la Puerta de Damasco, en la ciudad amurallada en el este ocupado de la ciudad, en el que la agente de Fronteras Hadas Malka de 23 años quedó gravemente herida por apuñalamiento y finalmente murió horas más tarde en el hospital.
Netanyahu criticó al partido nacionalista palestino Al Fatah, dirigido por el presidente Mahmud Abás, por no condenar el ataque y “alabar como a héroes” a los atacantes, y además añadió que la “Autoridad Nacional Palestina (ANP) está evitando condenar el asesinato al tiempo que pagará una compensación económica a las familias de los atacantes”.
En ese mismo comunicado hizo una llamada a los países para que sancionen el ataque y pidió el cese de los pagos de la ANP a los “familiares de los terroristas, algo que solo anima al terror”, indicó.
Desde el viernes, 400 palestinos que “trabajaban ilegalmente” en Jerusalén, es decir, sin la documentación requerida por Israel, fueron arrestados y devueltos a Cisjordania como parte de las medidas de seguridad implantadas en la región desde el ataque, confirmó a Efe Micky Rosenfeld, portavoz de la Policía.
En octubre de 2015 comenzó una ola de violencia en la región en la que han muerto 260 palestinos -más de dos tercios de ellos al perpetrar ataques o presuntos ataques- y 44 israelíes, además de otras cuatro personas de varias nacionalidades, como víctimas de esas agresiones.