Todo comenzó en Twitter, con una denuncia de abuso sexual en la que se vio envuelto. Con el hashtag #MeTooMúsicosMexicanos, mujeres mexicanas denunciaron episodios de acoso que han sufrido, entre los que destacó el caso de una joven de 13 años.
De acuerdo a su relato, publicado en @metoomusicamx, la menor admiraba el trabajo del bajista y lo conoció en un mercado conocido como Tianguis de El Chopo. Mantuvieron el contacto y acudió dos veces a la casa del músico acompañada por amigas.
Según la acusación, que fue absolutamente anónima (y cuya cuenta fue borrada de la red social), el artista le tomó fotos que la hicieron sentir incómoda y después le hizo comentarios con implicaciones sexuales.
Tras esta denuncia, Vega-Gil publicó el lunes en su cuenta de Twitter una larga carta presentada como: “No se culpe a nadie de mi muerte: es un suicidio, una decisión voluntaria, consciente, libre y personal”.
En el mensaje, el músico escribió que “una chica me acusa de abuso y acoso. Ella narra que el episodio ocurrió cuando tenía 13 años, lo cual hace que esto se vuelva grave, muy grave. Bien, lo afirmo categóricamente, dicha acusación es falsa”.
“En fin, es un hecho que perderé mis trabajos, pues todos ellos se construyen sobre mi credibilidad pública. Mi vida está detenida, no hay salida. Sé que en redes no tengo manera de abogar por mí, cualquier cosa que diga será usada en mi contra… Sólo quiero dejar limpio el camino que transite mi hijo en el futuro”, agregó.
Asimismo el fallecido artista remarcó que “mi muerte no es una confesión de culpabilidad. Todo lo contrario, es una radical declaración de inocencia”.
No se culpe a nadie de mi muerte: es un suicidio, una decisión voluntaria, consciente, libre y personal. #MeeToMusicosMexicanos pic.twitter.com/pEXVf6beFn
— Armando Vega Gil (@ArmandoVegaGil) April 1, 2019