El empresario, tataranieto del expresidente de la República con el mismo nombre, había sido trasladado a un sanatorio de Buenos Aires el martes aquejado de distintos problemas de salud, según publicó Infobae.
Fue el representante de la cuarta generación Mitre que estuvo al frente del diario.
Ingresó a La Nación en 1966, tras el golpe de Estado llevado adelante por Juan Carlos Onganía. Ya era abogado y se acababa de casar por primera vez. A partir de 1976 fue presidente del directorio.
Como director de La Nación fue el encargado de introducir la tinta de color, un cambio revolucionario para la estructura tradicional del diario. Hizo cambios innovadores y contrató como columnistas a intelectuales como Mario Vargas Llosa y Octavio Paz. Durante esos años La Nación se mantuvo en el segundo lugar de los diarios más vendidos detrás de Clarín.
Mitre, además del diario en papel, intentó diversificar los negocios de la empresa al ser pionero en tecnología satelital, licitar para canal de televisión (obtuvieron Canal 2 de La Plata pero rechazaron la adjudicación) o comprar en los ochenta Radio del Plata. Sin embargo, en esos años la brecha de ventas con Clarín se fue ampliando aunque La Nación conservó sus lectores, recordó Infobae.
Sus últimos años los vivió aquejado por los problemas de salud. En 2011 recibió un trasplante de riñón.
Además del periodismo, le apasionaba la historia. Jugó al polo durante casi cuatro décadas. También le gustaba el tenis y era un fervoroso hincha de Racing.