Dagmar Turner, miembro de la orquesta sinfónica de la Isla de Wight, en el sur de Inglaterra, relata la extraña experiencia de ser despertada en medio de una anestesia para que le pusieran su instrumento en las manos.
Interpretar a Gershwin en medio de una operación “es lo último que se te ocurre”, reconoce la alemana Dagmar Turner. Sin embargo, esta violinista de 53 años realizó este ejercicio sin precedentes para proteger su cerebro mientras le extirpaban un tumor.
Unas semanas después de la operación, que tuvo lugar el mes pasado en Londres, Turner, miembro de la orquesta sinfónica de la Isla de Wight, en el sur de Inglaterra, relata a la AFP la extraña experiencia de ser despertada en medio de una anestesia para que le pusieran su instrumento en las manos.
“Fue como despertar de un sueño realmente profundo”, explica la violinista, a quien en 2013 le habían diagnosticado un tumor cerebral de progresión lenta.
“Lo primero que recuerdo es cuando me pusieron el violín delante” en un gesto que quería decir “toca ahora Dagmar, toca”.
“Yo quería decirles ‘déjenme dormir’, fue simplemente horrible”, explica la quincuagenaria, sentada en el salón de su casa a unos metros del mar.
Tiene el recuerdo de que “alguien estaba de pie junto a su cabeza (…) diciendo ‘Dagmar, acabamos de extirpar el 95% de su tumor’.
“Estaba realmente sorprendida, sin palabras. Un día tienes un tumor inoperable y al día siguiente te dicen que te han quitado el 95%”, expresó.
El propósito de este peculiar concierto en el quirófano no era artístico, sino médico.
Con él se buscaba proteger las células vitales del lóbulo frontal derecho de su cerebro. Esta zona, situada justo al lado de la zona operada, controla, entre otras cosas, la mano izquierda, que en el caso de Dagmar, que es diestra, puntea las cuerdas y regula el tono del violín.