La familia del joven norteamericano Otto Warmbier, el mismo que la semana pasada fue liberado por Corea del Norte, falleció en su natal Cincinnati a los 22 años de edad. “Aunque nunca más pudimos escuchar su voz, en una jornada su cara cambió, estaba en paz. Estaba en casa y pensamos que podía darse cuenta de ello”, señalaron sus padres Fred y Cindy en un comunicado.
Warmbier arribó a Estados Unidos luego de estar más de un año encarcelado la noche del 31 de diciembre de 2015 en Pyongyang, luego haber sustraído un cartel de propaganda desde el hotel en que alojaba. En el país asiático el joven estadounidense fue sentenciado a más de un año de trabajos forzados, lo que habría debilitado su integridad física y mental.
Lo que en un principio pareció un gesto de buena voluntad por parte de Corea del Norte al liberar a Warmbier, se está transformando en una historia de la que desprenden episodios de opacidad para la opinión pública y que podría significar una nueva grieta en la ya delicada diplomacia entre Washington y Pyongyang.
Trump aprovechó la ocasión para afirmar que Corea del Norte “es un régimen brutal”, criticó el presidente estadounidense.
Poco después de su detención y de su juicio -que duró menos de una hora-, en marzo de 2016, el estudiante cayó en coma por causas aún desconocidas, indicaron el jueves lo médicos que lo trataban en Cincinatti.
El tipo de lesiones neurológicas sufridas por Otto Warmbier son por lo general consecuencia de un paro cardiorrespiratorio.
El equipo médico había desmontado la explicación brindada por el régimen norcoreano, según la cual el joven padecía botulismo. Los médicos estadounidenses no encontraron rastros de esa enfermedad.
El jueves, el padre de Otto, Fred Warmbier, afirmó en una conferencia de prensa, en la que apareció vestido con la chaqueta de su hijo, estar orgulloso de él, “que se encontró en estos últimos 18 meses con un régimen paria, maltratado y aterrorizado”.
El “Caso Warmbier” podría marcar un precedente en la relación EE.UU-Corea del Norte, lo que podría tomar más forma en los próximos días luego de la reunión agendada entre China y Estados Unidos, en un claro movimiento de presión hacia al hermético país.
Esta historia aún tendrá más capítulos.
Warmbier arribó a Estados Unidos luego de estar más de un año encarcelado la noche del 31 de diciembre de 2015 en Pyongyang, luego haber sustraído un cartel de propaganda desde el hotel en que alojaba. En el país asiático el joven estadounidense fue sentenciado a más de un año de trabajos forzados, lo que habría debilitado su integridad física y mental.
Lo que en un principio pareció un gesto de buena voluntad por parte de Corea del Norte al liberar a Warmbier, se está transformando en una historia de la que desprenden episodios de opacidad para la opinión pública y que podría significar una nueva grieta en la ya delicada diplomacia entre Washington y Pyongyang.
Otto Warmbier el día de su juicio en Corea del Norte / AFP FOTO / KCNA / Handout
“UN RÉGIMEN BRUTAL”
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, envió sus “profundas condolencias” a la familia de Otto Warmbier declarando que “el destino de Otto profundiza la determinación de mi administración para evitar tragedias como esta, ocurridas a personas inocentes a manos de regímenes que no respetan las reglas del derecho y de la decencia humana más básica”, indicó el mandatario norteamericano.Trump aprovechó la ocasión para afirmar que Corea del Norte “es un régimen brutal”, criticó el presidente estadounidense.
Poco después de su detención y de su juicio -que duró menos de una hora-, en marzo de 2016, el estudiante cayó en coma por causas aún desconocidas, indicaron el jueves lo médicos que lo trataban en Cincinatti.
El tipo de lesiones neurológicas sufridas por Otto Warmbier son por lo general consecuencia de un paro cardiorrespiratorio.
El equipo médico había desmontado la explicación brindada por el régimen norcoreano, según la cual el joven padecía botulismo. Los médicos estadounidenses no encontraron rastros de esa enfermedad.
El jueves, el padre de Otto, Fred Warmbier, afirmó en una conferencia de prensa, en la que apareció vestido con la chaqueta de su hijo, estar orgulloso de él, “que se encontró en estos últimos 18 meses con un régimen paria, maltratado y aterrorizado”.
Fred Warmbier, padre de Otto /Bill Pugliano/Getty Images/AFP
El “Caso Warmbier” podría marcar un precedente en la relación EE.UU-Corea del Norte, lo que podría tomar más forma en los próximos días luego de la reunión agendada entre China y Estados Unidos, en un claro movimiento de presión hacia al hermético país.
Esta historia aún tendrá más capítulos.
