Las últimas dos semanas, Google reporta un aumento exponencial de búsquedas relacionadas con la gripe española. En España, es un crecimiento del 100% respecto a consultas recientes sobre el Covid-19, pero Chile también ha crecido en esas búsquedas respecto en esa época.
Ante esa comparativa, se estima que, de vivirse similares condiciones que a inicios del siglo pasado (una época en que las políticas sanitarias y de rastreo no soñaban con las ventajas de hoy), el coronavirus podría infectar hasta el 80% de la humanidad, con una tasa de mortalidad similar a la que tuvo la pandemia de la gripe española de hace un siglo.
En contra de un estudio acabado, dicha influenza no dejó tras de sí un registro médico y social relevante que pueda servir a los futuros investigadores de este tipo de pandemias, aseguran los historiadores médicos como Mark Honigsbaum. En un artículo publicado en The New York Review of Books, el investigador explica que, aún pese a los espacios en blanco, la gripe española es el referente más cercano para comparar la urgencia sanitaria que enclaustró al mundo.
“Desde Boston a Ciudad del Cabo, desde Londres a Bombay, el virus se esparció como fuego por ciudades y comunidades, grandes o pequeñas”, dice en su artículo acerca del pico de infecciones que tardó seis meses en aparecer y mataba a 4.500 personas semanalmente. No obstante, los expertos realizan sus propias comparaciones para no llamar al pánico, sino al autocuidado y a la confianza en las políticas sanitarias que han mejorado enormemente en las últimas décadas.
El actual Covid-19 tiene similitudes con la influenza ya que ambos tienen formas de contagio e ingreso al cuerpo humano muy parecidas, sin embargo, el coronavirus no es un riesgo si se mantiene la distancia social de un metro y medio o dos de distancia ya que su enorme molécula no le permite flotar más allá en el aire y la hace caer al suelo. La influenza era mucho más agresiva debido a su contagio favorecido por su menor tamaño y alcance.
Por otro lado, el coronavirus, a diferencia de la gripe española, tiene predilección, a la hora de las bajas, por la tercera edad y sistemas inmunes deprimidos. En cambio, durante la epidemia de 1918, eran adultos jóvenes de entre 20 y 40 años de edad, los que fallecían sin distinción por la influenza. También se ha logrado determinar que, en ocasiones, jóvenes que fueron expuestos a esta influenza, recién desarrollaban tímidos anticuerpos 30 años después.
Tampoco se ha logrado evidencia concluyente sobre el efecto del Covid-19 en niños (que si actúan como portadores) respecto a la gripe española que también afectaba gravemente a los menores de edad.
Otro factor importante a considerar, en cuanto a los avances de la ciencia médica, es la rapidez contra la que se puede actuar para generar un marco de defensa ante el avance del coronavirus. El siglo pasado se combatía a ciegas sin conocer ni siquiera cuál era el agente patógeno de esta gripe epidémica. Hoy, en cuanto a este nuevo coronavirus, se ha logrado decodificar en un 100% su secuencia genética. Es decir, se conoce en su totalidad las características biológicas de este virus que es el piso mínimo para investigar y desarrollar vacunas y tratamientos.
Al respecto, el inmunólogo Alfredo Miroli, quien se volvió igual de viral que la enfermedad de moda al protagonizar una campaña contra las drogas en Argentina, recuerda que otra diferencia entre ambos procesos virales es que, la probabilidad de enfermar una vez adquirido el coronavirus es de un 20%. Es decir, existe un 80% de posibilidades de portarlo sin molestias, mientras que la posibilidad cierta de fallecer producto del coronavirus es de un 3% del promedio mundial.
“Es decir, existe un 97% de posibilidades de sobrevivir y sumar anticuerpos. En cambio, los virus de gripe común infectan al 1% de la población, es decir 10 mil personas por cada un millón dentro de los cuales el virus de la gripe española es una excepción que mató a 1 de cada 20 habitantes de la España en esa época. La posibilidad de que el coronavirus mate a una persona joven, sana, es de solo un 1%., pero si es mayor y está en mal estado, la probabilidad aumenta mucho”, agrega.
Ante esa comparativa, se estima que, de vivirse similares condiciones que a inicios del siglo pasado (una época en que las políticas sanitarias y de rastreo no soñaban con las ventajas de hoy), el coronavirus podría infectar hasta el 80% de la humanidad, con una tasa de mortalidad similar a la que tuvo la pandemia de la gripe española de hace un siglo.
En contra de un estudio acabado, dicha influenza no dejó tras de sí un registro médico y social relevante que pueda servir a los futuros investigadores de este tipo de pandemias, aseguran los historiadores médicos como Mark Honigsbaum. En un artículo publicado en The New York Review of Books, el investigador explica que, aún pese a los espacios en blanco, la gripe española es el referente más cercano para comparar la urgencia sanitaria que enclaustró al mundo.
“Desde Boston a Ciudad del Cabo, desde Londres a Bombay, el virus se esparció como fuego por ciudades y comunidades, grandes o pequeñas”, dice en su artículo acerca del pico de infecciones que tardó seis meses en aparecer y mataba a 4.500 personas semanalmente. No obstante, los expertos realizan sus propias comparaciones para no llamar al pánico, sino al autocuidado y a la confianza en las políticas sanitarias que han mejorado enormemente en las últimas décadas.
El actual Covid-19 tiene similitudes con la influenza ya que ambos tienen formas de contagio e ingreso al cuerpo humano muy parecidas, sin embargo, el coronavirus no es un riesgo si se mantiene la distancia social de un metro y medio o dos de distancia ya que su enorme molécula no le permite flotar más allá en el aire y la hace caer al suelo. La influenza era mucho más agresiva debido a su contagio favorecido por su menor tamaño y alcance.
Por otro lado, el coronavirus, a diferencia de la gripe española, tiene predilección, a la hora de las bajas, por la tercera edad y sistemas inmunes deprimidos. En cambio, durante la epidemia de 1918, eran adultos jóvenes de entre 20 y 40 años de edad, los que fallecían sin distinción por la influenza. También se ha logrado determinar que, en ocasiones, jóvenes que fueron expuestos a esta influenza, recién desarrollaban tímidos anticuerpos 30 años después.
Tampoco se ha logrado evidencia concluyente sobre el efecto del Covid-19 en niños (que si actúan como portadores) respecto a la gripe española que también afectaba gravemente a los menores de edad.
Otro factor importante a considerar, en cuanto a los avances de la ciencia médica, es la rapidez contra la que se puede actuar para generar un marco de defensa ante el avance del coronavirus. El siglo pasado se combatía a ciegas sin conocer ni siquiera cuál era el agente patógeno de esta gripe epidémica. Hoy, en cuanto a este nuevo coronavirus, se ha logrado decodificar en un 100% su secuencia genética. Es decir, se conoce en su totalidad las características biológicas de este virus que es el piso mínimo para investigar y desarrollar vacunas y tratamientos.
PROBABILIDAD DE ENFERMAR
El contexto en el que el mundo se entera de esta epidemia, también es otro. Crisis más, crisis menos, en 1918 el planeta estaba asolado por la primera de sus grandes guerras mundiales. Las grandes capitales destruidas o en proceso de reconstrucción aún estaban de rodillas para saber qué hacer contra el virus de la gripe española. De hecho, el nulo control sobre el contagio entre tropas que se movían de uno y otro lado de los océanos permitió la expansión del virus sin barrera sanitaria alguna.Al respecto, el inmunólogo Alfredo Miroli, quien se volvió igual de viral que la enfermedad de moda al protagonizar una campaña contra las drogas en Argentina, recuerda que otra diferencia entre ambos procesos virales es que, la probabilidad de enfermar una vez adquirido el coronavirus es de un 20%. Es decir, existe un 80% de posibilidades de portarlo sin molestias, mientras que la posibilidad cierta de fallecer producto del coronavirus es de un 3% del promedio mundial.
“Es decir, existe un 97% de posibilidades de sobrevivir y sumar anticuerpos. En cambio, los virus de gripe común infectan al 1% de la población, es decir 10 mil personas por cada un millón dentro de los cuales el virus de la gripe española es una excepción que mató a 1 de cada 20 habitantes de la España en esa época. La posibilidad de que el coronavirus mate a una persona joven, sana, es de solo un 1%., pero si es mayor y está en mal estado, la probabilidad aumenta mucho”, agrega.