La ministra de la Corte Marcial, Romy Rutherford, negó que en medio de los interrogatorios al excomandante en jefe del Ejército, Juan Miguel Fuente-Alba, donde reconoció haber hecho mal uso de caudales públicos, hayan sido vulnerados sus derechos como imputado.
La magistrada, respondió a través de un informe a la Corte de Apelaciones de Santiago, las imputaciones de la defensa del excomandante, que acusó, entre otras cosas, que su representado no contó con presencia de sus abogados y que declaró por más de 11 horas de manera ininterrumpida, donde no le habrían dado tiempo para alimentarse.
“Se alejan absolutamente de la veracidad. (…)La alegación de una supuesta ‘detención ilegal’ resulta insostenible”, dice la ministra en el informe.
De acuerdo a la magistrado, el exuniformado se presentó con su defensa el 13, 14 y 18 de febrero -días de los interrogatorios- , quienes tuvieron que esperar en la antesala contigua a la oficina, a los que les comunicó, en más de alguna oportunidad, los avances de la diligencia.
Para la ministra, la acusación, sin fundamento de la defensa, “no conducen sino a pensar que (…) buscaran la forma de desconocer los dichos del encausado donde admite parte de los hechos respecto de los cuales fue consultado”, cerró Rutherford.
La magistrada, respondió a través de un informe a la Corte de Apelaciones de Santiago, las imputaciones de la defensa del excomandante, que acusó, entre otras cosas, que su representado no contó con presencia de sus abogados y que declaró por más de 11 horas de manera ininterrumpida, donde no le habrían dado tiempo para alimentarse.
“Se alejan absolutamente de la veracidad. (…)La alegación de una supuesta ‘detención ilegal’ resulta insostenible”, dice la ministra en el informe.
De acuerdo a la magistrado, el exuniformado se presentó con su defensa el 13, 14 y 18 de febrero -días de los interrogatorios- , quienes tuvieron que esperar en la antesala contigua a la oficina, a los que les comunicó, en más de alguna oportunidad, los avances de la diligencia.
Para la ministra, la acusación, sin fundamento de la defensa, “no conducen sino a pensar que (…) buscaran la forma de desconocer los dichos del encausado donde admite parte de los hechos respecto de los cuales fue consultado”, cerró Rutherford.
