La ministra de Medio Ambiente, Maisa Rojas, se refirió a la decisión del Comité de Ministros de calificar desfavorablemente el proyecto minero-portuario Dominga.
La secretaria de Estado explicó que se acogieron las 12 reclamaciones ingresadas en contra de la iniciativa y subrayó que fue la “primera vez” que se analizaron las consecuencias que tendría la obra en cada especie que habita la zona.
Aseveró que “es una evaluación bien robusta técnicamente, se basa en múltiples líneas de evidencia, con una trazabilidad también en el pasado desde el 2013 a la actualidad. Estamos muy seguros de que aquí se tomó una decisión robusta, trazable, basada en evidencia técnica”.
Rojas informó que las reclamaciones “tienen que ver con varios aspectos. Vida marina, líneas base, áreas de influencia, evaluación de distintas especies, (…) respecto a los impactos de la desaladora, y también hay con respecto a la mina misma, que está asociado tanto con calidad del aire, material particular sedimentario y riesgo en contaminación de agua, de dos acuíferos”.
Aseveró que “tuvimos a la vista todos los informes técnicos existentes, el análisis que hace la oficina de reclamaciones del SEA, que es el ente encargado de esto”.
“En base a eso, de forma unánime, este comité de ministros resolvió acoger las doce reclamaciones, y, por lo tanto, queda con una evaluación desfavorable el proyecto minero-portuario Dominga”, anunció la autoridad.
La titular de Medio Ambiente pidió hacer “dos alcances” respecto a la determinación del comité. Primero subrayó que el proyecto inició en 2013, recalcando que “es evidente que en 10 años ocurren muchas cosas, y de que una línea base o una evaluación puede haber cambiado”.
“Pero independiente de ese aspecto, que es algo que nos preocupa y nos debiera ocupar, con el reglamento vigente del SEA del 2013 hubo un elemento importante que no fue bien evaluado, y era la evaluación de los impactos especie por especie”, indicó.
La investigadora y climatóloga explicó que “el puerto del cual estamos hablando se emplaza en un lugar que tiene un valor ecológico que es absolutamente único. Es parte de la corriente de Humboldt, por su geografía hay un par de lugares en las costas de Chile y Perú donde tenemos afloramiento de aguas profundas con nutrientes, que son la base para toda una cadena de vida muy única que existe en este lugar”.
Acusó que “no se entregó una justificación y una determinación del área de influencia. Y por lo tanto, hay una línea base que es insuficiente. Esto en cuanto a especies, estamos hablando del pingüino de Humboldt, recordemos que el 80% de población de esta especie, vive, anida y crece en esta área”.
Además, mencionó la ballena fin, “que está en peligro crítico de extinción”, y el pato yunco, donde el 90% de la población “reside en esta localidad”.
“Al no haber hecho esta evaluación especie por especie, es evidente que no se pudo evaluar correctamente el impacto sobre ello”, advirtió, recalcando que “esta es la primera vez que se realiza esta evaluación especie por especie”.
A ello sumó que “está el tema del agua, en una geografía donde hay poca agua es preocupante. No podemos pensar de que aquí no puede haber afectación en contaminación de agua en dos acuíferos, que son importantes no solo para uso humano, sino también para agricultura”.
También indicó sobre las emisiones de “material particular con hierro. Recordemos que esta es una mina de hierro que tiene un efecto tóxico sobre plantas, sobre agricultura en la región, en particular olivos”.
Ante las medidas que tomará el Gobierno mientras se esperan las eventuales -e inminentes- apelaciones al Tribunal Ambiental y a la Corte Suprema, Rojas recordó que “durante fines del 2021 ya se declaró una primera área marina costera protegida de múltiples usos de la región de Coquimbo”.
Agregó que “el año pasado y a solicitud de comunidades que viven en la zona, se está trabajando en un área marina costera protegida de múltiples usos para las dos regiones, para que podamos proteger el ecosistema completo. (…) Esperamos a fines de año estar finalizando esa declaración”.
Finalmente, remarcó que el proyecto fue rechazado en su totalidad. “Ellos ingresaron al Servicio de Evaluación de Impacto Ambiental como un proyecto completo, que incluye la mina, la parte lineal -que son los acueductos-, el puerto y las desaladoras. Las reclamaciones fueron sobre varios de los elementos de las instalaciones del proyecto y todas fueron acogidas”.